En medio de una gran expectativa, la Justicia brasileña autorizó esta tarde la liberación del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, encarcelado desde el 7 de abril del año pasado por corrupción y lavado de dinero en el marco de la Operación Lava Jato.

El juez Danilo Pereira Jr., del 12º Tribunal Criminal Federal de Curitiba, aceptó el pedido de los abogados del exmandatario (2003-2010) para que abandone su celda en la Superintendencia de la Policía Federal de la capital de Paraná. La solicitud había sido presentada esta mañana, luego de que anoche el Supremo Tribunal Federal (STF), en Brasilia, aprobó por seis votos contra cinco cambiar su jurisprudencia hasta ahora que permitía que los condenados en segunda instancia empezaran a cumplir sus penas de prisión.

Lula, de 74 años, había sido condenado en dos instancias por el caso de un departamento tríplex en el balneario paulista de Guarujá que obtuvo como soborno de la constructora OAS a cambio de garantizar a la compañía contratos con la petrolera estatal Petrobras durante su gobierno.

«La decisión de la Corte confirma aquello que nosotros siempre dijimos, que no había posibilidad de ejecución anticipada de la pena», resaltó el abogado Cristiano Zanin.

Originalmente, Lula había sido condenado en julio de 2017 por el juez Sergio Moro a nueve años y medio de prisión. Luego, en enero del año pasado, el fallo fue ratificado por el Tribunal Regional Federal de la 4ª región, en Porto Alegre, que permitió su detención. En abril de este año, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) ratificó la culpabilidad del expresidente, pero le redujo la pena a ocho años y diez meses de cárcel.

Ahora, la defensa de Lula intentará anular todo el proceso mediante una apelación al STF que tiene como fundamento la cuestionada imparcialidad de Moro. Este año, el sitio The Intercept reveló que el entonces magistrado -actualmente ministro de Justicia de Jair Bolsonaro-, mantuvo comunicaciones indebidas con los fiscales de la Lava Jato que acusaron a Lula.