Hasta que exista el cierre de las fronteras nacionales y la circulación entre provincias, viajar en avión por motivos turísticos o de trabajo no es posible. Hay excepciones, y son los vuelos especiales cuyos asientos se ocupan con personas que han quedado varadas.
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No obstante, la empresa Aerolíneas Argentinas ya tiene preparado su nuevo protocolo de seguridad e higiene para cuando se pueda volver a volar. Las medidas adoptadas siguen las recomendaciones de organismos internacionales de aviación —como International Air Transport Association (IATA) y AirportsCouncil International (ACI) —, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de la Nación.
Ya nada será igual. Varios de los pasos que se daban antes de abordar el avión se verán afectados. Infobae viajó en uno de los vuelos especiales (se realizan dos por semana) que la línea de bandera organiza para los varados o quienes pueden hacerlo razones de fuerza mayor.
Antes de subir al Embraer 190 del vuelo 2709 con destino final al Aeropuerto Internacional José de San Martín de Resistencia, hay que sortear los cambios, que se inician en la entrada misma del Aeroparque Jorge Newbery de la ciudad de Buenos Aires.
Si la llegada anticipada al aeropuerto siempre fue una de las preocupaciones a la hora de viajar, en la “nueva normalidad” habrá que ser aún más previsor. Si se calculaban dos horas de antelación para tomar un vuelo de cabotaje, ahora es preciso calcular más tiempo para poder cumplir con todo el protocolo. No dicen oficialmente cuánto tiempo más habrá que reservar, pero la recomendación son tres horas.
Otra imagen frecuente eran las despedidas de familiares, parejas o amigos en el lobby del aeropuerto. Esas escenas quedarán en el olvido: solamente pueden ingresar los pasajeros. Y, por supuesto, estos deberán estar con tapabocas puesto durante todo el viaje.
Entre las novedades se cuentan los controles sanitarios, que se llevan a cabo justo en la puerta de la terminal de partidas. Allí se toma la temperatura, que debe ser inferior a 37.5 para poder ingresar al sector del check-in.
Una vez dentro, Aeropuertos 2000 cambió la disposición del área de check-in, con nueva señalética en el piso para respetar la distancia social de 1,5 metros.
Otra de las recomendaciones -aunque en rigor ya estaba- era registrarse para vuelo a través del sitio web, una manera de agilizar el trámite y evitar el contacto con otras personas. Pero si uno prefiere hacerlo en el mostrador, cada puesto ya cuenta con un acrilíco transparente como medida de prevención.
Al presentar la documentación ya no es necesario entregarla, con solo mostrarla será suficiente. En este protocolo también se invita (es una sugerencia) a los pasajeros a despachar el equipaje sin cargo, aún si entrara en el compartimiento superior de la aeronave. Eso evita que a bordo se obstaculice el paso en los pasillos y se produzcan congestiones.
Luego de atravesar los habituales controles de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), se debe escanear el equipaje de mano. Las bandejas para colocar los elementos de viaje -como celulares, por ejemplo- se encuentran suspendidas por el momento.
Llegó la hora de embarcar. Esas largas filas de pasajeros ansiosos que se formaban en la puerta de la manga, ya no existirán. El nuevo embarque se realiza de manera muy ordenada, con paciencia y en grupos paulatinos.
Ya no tienen prioridad de ingreso quienes posean tickets de las categorías Business o Premium. Estos son los últimos en poner los pies en la aeronave. Primero se llama a las últimas filas, luego a las del medio, y finalmente las primeras hasta completar la capacidad del avión.
“Bienvenidos a bordo”, invita a pasar a la aeronave Marcela Gervilla, comisaria de a bordo de Aerolíneas Argentinas. Una vez dentro del avión, el escenario también presenta novedades. Para empezar, toda la tripulación tiene asignado su kit personal de higiene, que incluye barbijo, alcohol en gel y guantes descartables . Pero además, como pasajero, uno da cuenta de los altos estándares de cuidado y prevención que fueron aplicados, desde el tapizado del asiento hasta la alfombra del suelo.
Si bien no se dejan asientos de por medio vacíos entre pasajeros, se instalaron filtros especiales de alta eficiencia en los aires acondicionados: los llamados HEPA, High Efficency Particulalate Air filters. «Este sistema utilizado por la industria permite la renovación constante del aire de la cabina, eliminando el 99,9% de bacterias y microbios que circulan para hacer del avión un lugar seguro”, detalló Damián Brugiavini, gerente de Aeropuertos 2000.
Levantarse para ir al baño claro que será posible, siempre y cuando no haya otro pasajero esperando para ingresar. El distanciamiento social también limita el movimiento dentro de la nave.
En un vuelo de cabotaje hacia Resistencia, por lo general se entregaba un refrigerio. Eso, por el momento, está suspendido. Lo mismo sucede con las funciones de entretenimiento o con la entrega de mantas. La recomendación es que cada pasajero viaje con elementos de uso personal. Comida incluida.
Por último, si algún pasajero presenta síntomas compatibles con Covid-19 en pleno vuelo y se determina que en los últimos 14 días estuvo en contacto estrecho con casos confirmados, la tripulación está preparada para accionar. Como primera medida se notificará al comandante en servicio, y este activara un protocolo específico.
Una vez en tierra, cuando se abren las puertas del avión ingresa personal sanitario para hacer un nuevo control de temperatura.
El descenso se llevará a cabo siempre por la puerta delantera, de manera lenta y pausada. Una vez vacío el avión, todo el equipo de limpieza realiza una minuciosa desinfección. Las tareas se intensifican en las zonas de alto contacto como asientos, apoyabrazos, mesas rebatibles, cinturones de seguridad, pantallas y controles. Un procedimiento que involucra a, por lo menos 10 personas.
Previo al retiro de equipaje se procede una vez más al control de temperatura. Cuando hay vía libre se buscan las valijas en la cinta. Aquí tampoco hay opción para aglomerarse. Los empleados del aeropuerto aseguran que cada viajero respete la distancia social.
Son varias las novedades que poco a poco han incorporando en la rutina diaria y se volvieron cotidianas, como el uso del tapabocas y el distanciamiento social. En los vuelos, una vez que se autoricen, ya nada será como antes. Y habrá que acostumbrarse a los múltiples controles de temperatura, la necesidad de llevar comida a bordo en vuelos de cabotaje o la restringida movilidad dentro de la aeronave, serán algunos de los cambios más significativos. Para viajar habrá un nuevo protocolo eso no impide volar. Lo que no cambiará, aseguran en Aerolíneas Argentinas, será que viajar en avión será seguro, y que gracias al trabajo coordinado con Aeropuertos 2000, ya están equipados para volar cuando el gobierno lo decida.
Fotos y video: Lihuel Althabe