Ginés González García, Fernán Quirós y Daniel Gollán analizaron durante más de una hora la evolución de la crisis sanitaria, habilitaron la creación de una mesa de trabajo técnica para compartir información y seguir el avance del coronavirus en el área metropolitana y coincidieron en endurecer mucho más los controles de la movilidad y el transporte público interjurisdiccional.
No hubo, en ese sentido, definiciones de relevancia: podría haber novedades más cerca del fin de semana, con la evolución de los casos de estos días. “Ahí se juega el partido, entre el miércoles y el viernes”, explicó una fuente oficial que participó de la reunión de los ministros de Salud de Nación, Ciudad y Provincia en la sede de la cartera nacional, sobre la avenida 9 de Julio.
El jueves podrían volver a encontrarse Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, a pesar de que el vencimiento de esta etapa del aislamiento recién tiene fecha el domingo 28, dentro de casi dos semanas. Pero la multiplicación de los contagios en el AMBA acelera la resolución de los pasos a seguir.
El fin de semana hubo conversaciones e intercambios de WhatsApp entre los tres. El sábado habían organizado para reunirse los jefe de Gabinete de Provincia y Ciudad, Carlos Bianco y Felipe Miguel, respectivamente, pero decidieron esperar al cónclave de hoy. También hay diálogo con el jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero. La tensión entre las tres administraciones volvió a escalar el fin de semana.
Durante el encuentro hoy hubo obvios intercambios en torno a la habilitación del ejercicio al aire libre en la Ciudad, que en la previa había concentrado fuertes presiones por parte de la Provincia. Incluso en boca del propio gobernador bonaerense, que se mostró muy crítico en la entrevista con este medio: “¿Se puede salir a correr, que no es de vida o muerte, y no se puede salir a buscar el mango?”, se preguntó.
Sin embargo, no hay por ahora definiciones al respecto: en privado, los funcionarios de las tres administraciones reconocieron esta tarde que es una cuestión más simbólica que de la actividad en sí y su eventual incidencia en términos epidemiológicos y en la circulación del virus.
“No (nos preocupa) particularmente, pero no es una imagen demasiado buena”, remarcó por caso después de la reunión González García, que ofició de anfitrión junto a Carla Vizzotti.
Es, justamente, lo que se quiere atacar a partir de ahora de forma coordinada: unificar el mensaje de cara a un endurecimiento de los controles, en especial en los ingresos y egresos a la ciudad de Buenos Aires, con foco en el transporte público. “Afuera hay más gente de la que queremos ver”, resaltó una fuente que participó del cónclave.
“Hubo coincidencia en que hay que tener un escenario armado para tomar medidas. En el sentido de que tiene que haber consenso social: no nos sirve anunciar cosas si la gente no nos va a dar bola”, abundaron a este medio tras el encuentro.
Gollán, que llegó al despacho de González García junto a Nicolás Kreplak, su viceministro, y otro de sus colaboradores, lo hizo con la idea de buscar consenso para endurecer aún más el aislamiento. Es que en el Gobierno provincial preocupa la evolución de los contagios, en especial en los barrios populares.
El ministro de Salud bonaerense propuso entonces empezar a compartir la información y armar una mesa de trabajo del AMBA para que el área metropolitana sea desde ahora “una sola región”. Una idea que fue avalada por el resto de los participantes y que se pondrá en marcha desde este miércoles, a pesar de que la información epidemiológica seguirá siendo comunicada por separado por los distritos.
Desde la Ciudad aseguran que cuando se planteó la misma hoja de ruta hace algún tiempo, cuando los casos eran mayores en territorio porteño, no fue aceptada por la Provincia. La situación cambió ahora que los contagios empiezan a crecer en el Gran Buenos Aires.
Los funcionarios coincidieron en la preocupación por el transporte: por lo bajo reconocen que hubo cierto relajo en los controles interjurisdiccionales. Ahora sí quieren limitarlo lo más posible a trabajadores esenciales. Las imagenes de algunas formaciones de trenes sin distanciamiento social entre los pasajeros alertaron a las autoridades.
De todos modos, y más allá de los cruces públicos por los runners porteños, hay inquietud por algunos distritos del conurbano que no tienen tanta centralidad mediática.
El viernes, por ejemplo, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, publicó en sus redes una imagen de la peatonal Rivadavia de su distrito abarrotada de vecinos. “Me cuesta creer que todos los vecinos y vecinas que estuvieron ahí salieron por alguna razón realmente imprescindible”, deslizó Mendoza. El video fue compartido entre dirigentes de las tres jurisdicciones.
Desde la administración de Rodríguez Larreta creen que se hizo demasiado hincapié en el descontrol del primer día de habilitación de ejercicio al aire libre y que, por el contrario, no se pone la lupa en el Gran Buenos Aires. “Hay distritos del Gran Buenos Aires en los que casi no hay cuarentena”, reconocen incluso desde Casa Rosada. El diálogo entre Alberto Fernández y el jefe de Gobierno es igual de fluido que el del Presidente con Kicillof.
Mañana, el jefe de la Ciudad tiene previsto detallar, por la mañana, la “estrategia de testeos y búsqueda de contagios estrechos”. Desde el Gobierno porteño dicen que la evolución de los contagios sigue “controlada”.
Por el contrario, la Provincia es de la idea, y así lo planteó Gollán en la reunión, según trascendió, “de volver atrás con un tiempo determinado de principio y fin”. Una idea que la Ciudad sí no comparte: creen que no hay margen social para un endurecimiento. Por ahora, el aumento en los casos no tiene su correlato en una ocupación sustancial de las camas de terapia. Los próximos días son claves.