Una tradición catamarqueña, en eso se convirtieron las largas y eternas filas en la Obra Social de los Empleados Públicos de Catamarca (OSEP).

La obra social se jacta de mejorar y acondicionar sus instalaciones para recibir a los afiliados, pero muchos cambios no están a la vista, hasta el día de la fecha la realidad poco, o prácticamente nada habría cambiado.

De las puertas para fuera, lamentablemente, la realidad es otra, las filas rodean el gran edificio y en estos días invernales, el clima no es el mejor amigo como para hacer mas “amena” la espera.

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Los que si se ven “beneficiados” son los vendedores ambulantes, que aprovechan la prolongada espera de los afiliados y pueden vender un café con tortillitas a quienes esperan durante horas en la intemperie con temperaturas ya invernales.