El Messi contemporáneo, el multicampeón con Barcelona, el capitán de la selección argentina; el que quedó a un gol de los 700 en su carrera, el que firmó 250 asistencias en el club blaugrana, es el que todos conocen, el que puede disfrutarse cada vez que pisa un campo de juego. El Messi antes de la fama, el de Rosario, es el que concita especial curiosidad, por las aristas desconocidas, por las historias lejos del lujo y las luces que cosechó con su talento para jugar al fútbol.
Pues bien, Imanol Caturano conoce al detalle al Pulga, cuando era Pulga. Cuando el tratamiento para el crecimiento era un costo y no una inversión, cuando su brillo con la pelota encantaba en las divisiones infantiles, pero su proyección era una incógnita. Fue su compañero en las categorías formativas en Newell’s y, en diálogo con el programa Ataque Futbolero, por FM 94.7, ofreció una pintura de aquel Lío, como lo llamó en la entrevista.
“Era un chico muy divertido. Messi marcaba mucha diferencia futbolística. Cuando él quería que se terminara el partido, se terminaba. Uno hasta el día de hoy no toma dimensión de que fue compañero de este monstruo, para mí sigue siendo Lío. Seguro tome dimensión el día que no juegue más”, contó Maturano.
Imanol puede jactarse de que la estrella que no deja récord en pie durmió en su hogar de la infancia. Y resultó testigo de su batalla para alcanzar una talla que le permitiera ser futbolista profesional, tal como había marcado su destino. “Cuando Leo venía a mi casa a dormir los viernes, le daba la cajita de vacunas a mis viejos para que se la guardaran en la heladera. Y a la noche se las inyectaba solo en el cuádriceps. Esas eran sus ganas de llegar a jugar al fútbol”, ofrendó su crudo relato. Luego, lo conocido. Barcelona aceptó pagar el costoso tratamiento, se mudó, se terminó de formar en La Masía… Y su magia lleva marcando el deporte desde hace más de una década.
“Producía una cantidad de goles impresionante, era una cosa de locos, Se gambeteaba a todos. Eran goles muy parecidos a los que hace hoy en día”, compara al Messi de espíritu amateur con el súper profesional de la actualidad. Claro que en aquella época de inocencia, el dinero no sobraba ni para la bebida del tercer tiempo. A la hora de rebuscársela, el delantero también se destacaba.
“Estando en la pensión de Newell’s salíamos a pedir monedas para comprar gaseosas y Lío, al ser tan chiquito, era el que más conseguía”, reveló. Por último, Caturano buscó ponerle punto final a la polémica por los simpatía futbolera de Messi en el país, un tema que en el último tiempo ya no dejó dudas. ¿De qué club es fanático la Pulga? “Yo soy hincha de River y te puedo decir que Messi es hincha de Newell’s”, cerró.