De este modo. obtuvo un busto de un individuo de unos 50 años, de ojos azules, cabello castaño y piel pálida, que seguramente pertenecía a un grupo de cazadores y recolectores, informa Live Science.
Oscar Nilsson, el artista forense sueco que reconstruyó el rostro.
El especialista dio pasos muy cuidadosos en el trabajo para no dañar el cráneo. Hizo una tomografía computarizada e imprimió una réplica en plástico en 3D.
La mandíbula faltante la recreó a partir de mediciones, para hacerla lo más proporcional posible. También recurrió a los métodos forenses para determinar los músculos, la piel y otras de sus características faciales.
En cuanto a la ropa, el artista se inspiró en los restos de animales salvajes que también fueron encontrados en la tumba, difunde RT.
“Lleva la piel de un jabalí”, aclaró Nilsson. Y agrego: “Podemos ver por cómo se descubrieron los cráneos humanos y las mandíbulas de los animales, que claramente significaban un gran problema en sus creencias culturales y religiosas”.
Además, lleva pelo corto en el frente con una cola en la parte posterior de la cabeza. También exhibe una herida de unos 2,5 centímetros que, según los estudios, no habría sido la causa de su muerte debido a que mostraba “signos” de curación.
En la actualidad, el busto realizado por Nilsson está exhibido en la casa señorial de Charlottenborg en Motala, provincia de Östergötland, Suecia.