El brutal crimen Petrona Cristina Centeno (77) continúa arrojando novedades
escalofriantes por sus características. Fuentes judiciales confirmaron que en la
jornada de ayer fue capturado el segundo sospechoso, quien habría participado del
brutal homicidio por el que está imputado Lucas Yael Carrizo (18).
Se trata de un joven de apellido Perea. La Fiscalía deberá determinar el grado de
responsabilidad que tuvo en el atroz hecho. Cabe destacar que el dato del otro
victimario surgió de la declaración indagatoria del principal sospechoso.
Aparentemente, Perea habría colaborado en el robo que terminó en la muerte de la
septuagenaria que residía en la Villa de Pomán.
El arresto se habría originado en el marco de varios allanamientos solicitados por la
fiscal Soledad Rodríguez, tras conocerse los datos.
El acto procesal, en principio, habría generado la suspensión de la audiencia de
control de detención para Carrizo, puesto que aparentemente, con las nuevas
medidas de pruebas recolectadas, podrían propiciarse modificaciones en las
imputaciones.
San La Muerte
Por otro lado, la investigación continúa precisando detalles de la declaración del
supuesto homicida quien, ante la Fiscalía, según informaron las fuentes consultadas
por El Esquiú.com, reafirmó un pacto con San La Muerte, lo que lo habría llevado a
cometer el crimen.
Hecho
El martes pasado, 7 de julio, la septuagenaria fue encontrada sin vida, con más de 40
puñaladas en su casa de la Villa de Pomán. Casi 24 horas después, la Justicia
detuvo al principal sospechoso, quien fue imputado por homicidio agravado criminis
causae y por ser cometido con ensañamiento.
El caso generó gran conmoción entre los vecinos de la localidad, puesto que la
víctima era una mujer conocida y el presunto autor tiene un frondoso prontuario, con
crímenes de distinta índole, que van desde delitos contra la propiedad hasta violencia
de género. Incluso se conoció que algunos de ellos fueron cometidos cuando era
menor de edad.
Parte de las pruebas contra el sospechoso se encontraron a un kilómetro de donde
ocurrió el homicidio: se trata de dos monederos, que serían el móvil del crimen, y una
campera con restos de sangre, la cual estaba oculta entre la maleza. Luego, en un
registro domiciliario, la Policía encontró varios celulares en la casa del joven de 18
años, que se declaró autor del crimen y confesó.