
El acusado es Jonathan Sánchez Pedraza, quien fue el primer imputado de Catamarca bajo esta calificación. El hecho ocurrió en el 2014.
En el Juzgado Correccional de Segunda Nominación se comenzó juzgar esta mañana a Jonathan Sánchez Pedraza, quien está acusado del delito de «grooming» por un caso ocurrido en 2014 que tuvo como víctima a una niña de 8 años el imputado se nego a declarar similar aptitud la que llevo durante todo el proceso.El juez Diego Chayle Costilla y las partes escucharon a 4 testigo incluidos los padres de la victima,por lo que la asesora de menores la Dra Sandra Lopez Gardel planteo que la menor sea entrevistada por peritos psicologos e interpreten si no exsisten riesgos de revictimizacion para que preste declaracion y se paso un cuarto intermedio para mañana a horas 9.
Sánchez Pedraza está imputado por un hecho registrado en marzo de 2014, cuando fue descubierto in fraganti mientras exponía a una niña de 8 años a imágenes pornográficas. El hecho ocurrió en el Parque de los Niños, donde personal de la Unidad Especial de Investigaciones lo detectó, aunque no pudieron detenerlo en el lugar ya que el sujeto se dio a la fuga lo que motivó una extensa persecución.
Finalmente fue detenido y ese mismo día se radicó la denuncia en su contra, denuncia que se convirtió en la primera por el delito de «grooming» en Catamarca.
Pese a ser el primer denunciado, debido a varias postergaciones, Sánchez Pedraza no es el primer juzgado bajo esta calificación ya que ese lugar lo ocupó Marcelo Gustavo Zamorano, quien ayer fue juzgado y condenado a tres años de prisión efectiva.
Ciberacoso y grooming
Se habla de ciberacoso o ciberbullying cuando un menor acosa a otro menor con amenazas, insultos, coacciones, chantajes, vejaciones o calumnias, haciendo uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC): teléfono móvil, Internet, chat, redes sociales, etc.
Aunque no se debe restar importancia a los casos puntuales, para hablar de acoso los hechos deben repetirse a lo largo del tiempo durante un periodo prolongado. Las víctimas y acosadores son de edades similares y tienen relación o contacto en el mundo físico. Muchas veces el acoso comienza en el mundo real, para luego pasar al mundo virtual.
En el caso del grooming el acoso también es a través de las nuevas tecnologías (chat, redes sociales, etc.), pero no es entre iguales, sino que el acosador es un adulto y la víctima un menor, y habrá una intención sexual explícita o implícita. En esta modalidad de acoso las situaciones de peligro para los menores son más sutiles y latentes. Son acciones realizadas para establecer, de forma deliberada, una relación y control emocional sobre un menor, con el fin de preparar el terreno para el abuso sexual.
Los acosadores tienen preferencia por un prepúber o púber y frecuentemente son hombres casados. El menor suele ser ingenuo y no se da cuenta de que “habla” con un adulto. El acosador acaba confesando su edad y pidiendo secretismo; les convence de que no deben decirlo a los padres, pues no lo entenderían. Logran datos personales y fotografías, que cada vez serán con menos ropa.