“Ante el grado de incertidumbre actual, el Directorio del BCRA decidió tomar este domingo una serie de medidas que buscan preservar las reservas del Banco Central. Las medidas anunciadas son transitorias, hasta diciembre de 2019”, dice un comunicado. “Establece un nuevo límite de USD 200 mensuales a la compra de dólares para personas físicas con cuenta bancaria y en U$S100 a la cantidad de dólares que pueden ser comprados en efectivos. Estos límites no son acumulativos”.
El objetivo de la medida es buscar quitarle presión a la cotización del dólar y evitar más drenaje de reservas, que el viernes llegaron a USD 43.503 millones, un 34% menos que luego de las PASO.
l BCRA le quedan u$s43.503 millones de reservas brutas. La semana pasada perdió u$s3.383 millones y en lo que va de octubre, u$s2.110 millones. En septiembre perdió u$s10.597 millones y desde las PASO u$s22.806 millones. El Gobierno de Cambiemos no quieren irse en crisis. Por lo que no debería verse un tipo de cambio oficial muy lejos del actual. Pero ante el nuevo cepo sin dudas el dólar blue y el “contado con liquidación” serán la caja de resonancia a monitorear. Vale señalar que aún hay u$s20.600 millones de depósitos privados en dólares (el Tesoro tiene unos u$s2.300 millones) en el sistema financiero. De modo que todavía hay mucha tela para cortar. Encima, siguen cayendo vencimientos en el limbo de la deuda pública reperfilada y sin reperfilar.
A la vista de los resultados de ayer, la reacción del mercado, que ya descontó el triunfo de Alberto Fernández y Cristina de Kirchner, no debería ser ni de furia ni descalabro. Salvo que, tras el desayuno de hoy entre Macri y Fernández, salgan sacándose chispas, o desde la oposición surja algún disparate. El BCRA prefirió no esperar la apertura de hoy para ver cómo digería el mercado los resultados, que para Macri fueron mejores de lo esperado. Además, Rodríguez Larreta aseguró el bastión del PRO en Capital, eliminando el temible escenario de balotaje y el futuro Congreso garantiza cierta estabilidad, en términos de que nadie accede al control absoluto. Todo deberá ser negociado. Por lo tanto, de no mediar ninguna sorpresa, los mercados tendrían que transitar estas jornadas con las idas y vueltas de todo cambio de gobierno. Este sería el escenario, casi ideal, pero como no hay experiencia ni legislación de transición de mandatos democráticos, hay que rezar por la serenidad y racionalidad de ambos.