Además, la NASA dijo que no ha recibido informes de heridos o daños por la caída de escombros.

Días atrás, la agencia espacial dijo que esperaba que la mayor parte del satélite de 2.450 kilos de pesos se quemara en la atmósfera, pero que algunas piezas podrían salvarse. También aclararon que las probabilidades de que la caída de escombros hiriera a alguien son de 1 entre 9.400.

El transbordador espacial Challenger puso el satélite en órbita y la primera astronauta mujer estadounidense en el espacio lo liberó. El satélite midió el ozono en la atmósfera y estudió cómo la Tierra absorbía e irradiaba energía solar, antes de ser retirado en 2005, mucho más allá de su vida útil prevista.