Carlos Tevez protagonizaba hace cinco años un espectacular regreso a Boca Juniors, procedente de la Juventus de Italia, por lo multitudinario de su recepción en La Bombonera y por estas horas aguarda el aviso de la dirigencia del club para estampar la firma que le ponga fin a la polémica renovación de su contrato.
El 13 de julio de 2015, sin mediar partido alguno, unas 50.000 personas se congregaron en la cancha de Boca para darle la bienvenida al «Jugador del Pueblo», que regresaba a su cuna futbolística con 31 años, después de mostrarse en plenitud durante su paso por la Juventus italiana.
Semanas antes, «Carlitos» había sido protagonista de la final de la Liga de Campeones de Europa que su equipo perdió con el Barcelona de la MSN (Messi-Suárez-Neymar) en el estadio Olímpico de Berlín.
Boca había invertido unos cinco millones de dólares y cedido porcentaje de los derechos económicos de algunos juveniles para concretar la vuelta del «Apache», que significó su gran impuso para que su amigo Daniel Angelici, entonces presidente del club, pudiera renovar su mandato a finales de ese mismo año.
Aquella fría noche en La Bombonera, Tevez recorrió el campo de juego envuelto por el fervor de los hinchas, se arrodilló delante de la cabecera de «La 12» y besó el césped como rúbrica de uno de los máximos idilios «xeneizes» en la historia.
La hinchada lo recibió con una enorme bandera que él mismo había donado para la despedida de su ex compañero Sebastián Battaglia: «La historia continúa y la escriben los que ganan», con el remate: «La 12 unida jamás será vencida».
Desde uno de los palcos de la cancha, Diego Armando Maradona presenció la recepción del ídolo junto a sus hijas Dalma y Gianinna. «Gracias Carlitos por volver, familia Maradona», rezaba una bandera que el mismo Diego le arrojó desde su box para que Tevez la besara ante el delirio de la multitud.
El romance del «Apache» con «La 12» entró en tensión hacia fines de 2016 cuando se fue a jugar por una temporada al Shanghai Shenhua de China para cobrar un fabuloso contrato de 40 millones de dólares, lo que provoco que su regreso a principios de 2018 estuviera muy lejos de aquella vuelta de 2015.
El presente de Tevez, en la nueva gestión de Jorge Amor Ameal, atravesó momentos cambiantes. Después de ser figura en la definición de la Superliga y hacer el gol del campeonato ante Gimnasia, el fútbol se paró en Argentina por la pandemia de coronavirus y el futbolista se refugió en Maipú, a 300 km. de Buenos Aires, para pasar la cuarentena.
Mientras esperaba un llamado para la renovación contrato, vencido el 30 de junio pasado, Tevez recibió «dardos» mediáticos del colombiano Jorge Bermúdez y Raúl Cascini, integrantes de la Secretaría Técnica de Boca, y cuando parecía que la extensión del vínculo se complicaba, un llamado de Juan Román Riquelme, máximo responsable del área de fútbol, pavimentó el camino para su continuidad.
Tevez, de 36 años, firmará en los próximos días un año más de contrato con opción de otros seis meses. Así extenderá su etapa reciente en Boca, en la que ganó tres torneos locales, una Copa Argentina y una Supercopa Argentina, pero mantiene como gran deuda la Copa Libertadores que sí obtuvo en 2003 antes de su primera salida del club.