«Son los que quieren que no volvamos a ganar y quieren dificultar la tarea de gobierno. No es grave, solamente hay que saberlo». Tal como dijo, esa parte de la sociedad los quiere dividir: «Ya descubrieron que divididos nos pueden ganar, y que unidos no. El peronismo unido nunca perdió».
Contó que su relación está «muy bien» y agradeció el modo en que ella lo acompaña. «Hablo mucho con ella porque me ayuda a pensar. Es una persona con ocho años de presidencia a sus espaldas, que conoce muy bien la gestión y que tiene la enorme generosidad de no entrometerse cuando yo tengo que decidir». Además, resaltó que se entienden muy bien. «Es una amistad muy bien consolidada porque tuvimos mucho encuentro, mucho desencuentro y mucho reencuentro. La famosa historia de la grieta también nos pasó a Cristina y a mi, y la pudimos superar».
Además, cuestionó el cambio de perspectiva de quienes ahora lo tildan de «poderoso» por la ley de emergencia y antes creían que estaba detrás de la figura de la vicepresidenta. «Hasta hace dos semanas era un pobre tipo que no podía armar el Gabinete porque Cristina armaba todo, y ahora soy el presidente más poderoso… Ni una cosa ni la otra», subrayó. «Esta ley es simplemente para parar la pelota y para que volvamos a barajar».
«No estoy contento con la Justicia»
El Presidente dijo que no se rectifica de las criticas que hizo sobre la Justicia, y habló sobre la reciente liberación de presos vinculados con el kirchnerismo. «Creo que ahora actúa así motivada por el contexto política. La verdad es que no estoy contento con cómo funciona la Justicia», enfatizó. «Hay un montón de presos con prisión preventiva sin condena firme. Tuvo que ver con una tendencia de la política a la mano dura, que la Justicia acompañó».
Cristina deberá seguir lidiando con los juicios por las causas que le han armado
De igual manera, se refirió a los servicios de inteligencia. «La democracia necesita un servicio de inteligencia que deje de investigarlos (en referencia a los medios) y de investigarme a mi si fuera un opositor. Necesita un servicio de inteligencia que deje de visitar jueces para exigirle la sentencia que el poder de turno de ese momento demanda. Necesitamos un servicio de inteligencia que trabaja para el país».
En relación a estas cuestiones, remarcó que no están motivadas por la situación de Cristina. «Deberá seguir lidiando con los juicios por las causas que le han armado», dijo. Para él, estas medidas sobre la Justicia y los servicios de inteligencia son cuestiones que deberían ser celebradas por todos. «Quiero terminar con los sótanos de la democracia, donde pierde su vitalidad y su verdadero sentido y se convierte en un juego de pícaros, sinvergüenzas o delincuentes que presionan o extorsionan para sacar ventajas», dijo. Y agregó: «Desaparecieron los enviados del poder»:
«Macri hizo todo lo que quiso»
Fernández también habló sobre su antecesor, y sentenció: «Macri hizo todo lo que quiso. Sacó hasta esa espantosa ley de reforma previsional que casi lo pone en jaque a él y cuando el Congreso sacó una norma que no le gustó la vetó, como fue la doble indemnización».
Sumado a esto, criticó la gestión de Patricia Bullrich principalmente en cuanto a la decisión de «involucrar a la Gendarmería en un patético peritaje sobre el baño de Nisman» y al caso de Chocobar. «La solución no es decirle a los policías: ‘Dispará tranquilo'», cuestionó. Y lanzó: «Quisieron lograr la impunidad en el gatillo fácil».
«Liberando las drogas se termina el negocio negro»
Sobre la disputa por la legalización de las drogas, coincidió con los informes que emitió Naciones Unidas en los que afirman que «la guerra contra el narcotráfico perdió y que no hay que seguir insistiendo en esas prácticas». También se hizo eco de la postura de Milton Friedman: «Hay que liberalizar la droga porque si se liberaliza se termina con el negocio negro, y deja de ser negocio».
Sin embargo, Fernández aclaró: «Hay que ver de que droga hablamos. Hay drogas blandas y drogas duras, todas son nocivas. Las duras son imposibles de admitir porque generan un daño físico enorme». Y siguió: «Esta lucha es muy compleja y desigual, no se resuelve diciendo: ‘Legalicemos’. Uno puede legalizar la marihuana, Uruguay demuestra que no pasa nada y que no se convierte un epicentro de venta de drogas». Concluyó: «Es un tema que hay que abordar con seriedad».
«No comparé Chile con Venezuela»
Por otro lado, el Presidente habló sobre la situación de la región en materia de derechos humanos. «No comparé Chile con Venezuela», aclaró, y remarcó: «Yo no creo que el de [Sebastián] Piñera sea un régimen autoritario como el de [Nicolás] Maduro». De todos modos, volvió a cuestionar «el silencio» en torno a los detenidos en Chile: «No quise meterme en la vida de Chile, solo quería demostrar que en la Argentina se mide con distintas varas. No veo a nadie preocupado por lo que está pasando en Bolivia, y en Bolivia se escuchan cosas tremendas. No todo el periodismo lo trata del mismo modo». Y enfatizó: «El problema de los derechos humanos no tiene ideología, donde se violen los derechos humanos, yo voy a estar enfrente a ellos».