El senador nacional y ex gobernador tucumano José Alperovich regresó hoy al país procedente de Estados Unidos, donde se encontraba de vacaciones cuando se conoció la denuncia por abuso sexual en su contra por parte una sobrina, y esta tarde la Cámara alta definirá su pedido de licencia.

El vuelo 7821 de Latam que lo trajo de Miami aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza a las 6.42.

El regreso de Alperovich se da el mismo día en que el Senado debe tratar su pedido de licencia, motivado por la denuncia que hizo una sobrina suya y empleada de la senadora Beatriz Mirkin por supuesto abuso sexual. El legislador presentó el lunes pasado el pedido de licencia en una carta dirigida a la presidenta del cuerpo, Gabriela Michetti.

El texto que presentó Alperovich destaca que la licencia fue pedida «a fin de dedicar mi esfuerzo y mi tiempo a desbaratar la infamia«.  «A fin de dedicar mi esfuerzo y mi tiempo a desbaratar la infamia, aclarar la verdad, y reparar mi honor, le pido expresamente que me confiera licencia en mi honorable cargo«, señaló el exgobernador tucumano.

La nota aclara que la licencia será «sin goce de haberes», y es sin fecha, aunque dice que se extenderá hasta que se «establezca la verdad» en la investigación judicial. También aclara que la situación por la que se lo denuncia «es absolutamente falsa».

Su sobrina, quien fue identificada públicamente por el propio Alperovich, escribió en una carta que «estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe».

«El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él», agregó.