Conocer cuáles son las variantes del SARS-COV-2 que hay en el país permite afinar las herramientas para combatirlo y, cuando aparezca la vacuna, adecuarla a las necesidades.
Este martes, los científicos y técnicos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) “Doctor Carlos Malbrán” anunciaron que lograron secuenciar los genomas completos de tres pacientes argentinos con coronavirus SARS-COV-2. “Pudimos establecer la procedencia de los virus: uno de ellos es de Estados Unidos, otro de Europa y otro de Asia. Este es un primer paso para empezar a ver cómo son las cepas de circulación autóctona”, aseguró Claudia Perandones, directora técnico – científica del ANLIS Malbrán.
El coronavirus que circula en Argentina no es el mismo que comenzó a circular en diciembre del año pasado en la ciudad de Wuhan, China. Es que, desde aquel momento hasta hoy, el SARS-COV-2 no cesó de mutar en el marco de su propagación mundial. Sin embargo, hasta el momento no se conocían las características específicas ni las procedencias geográficas de las cepas que circulan en la actualidad en territorio argentino.
Por esta razón, los científicos y técnicos del Malbrán dedicaron sus esfuerzos a secuenciar el virus local: “Hasta ahora lo pudimos hacer con tres pacientes pero vamos a hacerlo con la mayor cantidad de pacientes posibles, ya que el principal objetivo es conocer cómo es la circulación dentro de Argentina”, detalló Perandones, al tiempo que aseguró que “lo importante es reunir muchas muestras para determinar qué asociación tienen las mutaciones del genoma con el comportamiento del virus en las personas. No todas las mutaciones producen cambios en dicho comportamiento, pero si lo hacen podríamos establecer ciertos parámetros como el nivel de mortalidad de cada cepa, la gravedad con que ataca cada una de ellas, sus síntomas o los modos de transmisión. Seguramente vamos a encontrar mutaciones producidas dentro del país”.
El trabajo de secuenciación estuvo a cargo del Servicio de Virosis Respiratorias y de la plataforma de Genómica y Bioinformática del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, ambos sectores nucleados en el Malbrán. Las tres muestras analizadas se compararon con los diversos genomas del virus que circulan en las distintas regiones del mundo donde el coronavirus ha llegado. Así se logró establecer que las tres cepas secuenciadas en Argentina provienen de Estados Unidos, Europa y Asia.
La pandemia del Covid-19 es la primera en la historia en la que el desarrollo técnico permite estudiar los genomas de los pacientes al mismo tiempo en que el virus hace sus habituales mutaciones. “El análisis que realizamos ya se hizo en las principales regiones del mundo. Básicamente es importante porque permite monitorear en tiempo real las vías de transmisión a nivel genético – molecular”, detalló Perandones. El pasado 14 de enero, China había sido el primer país del mundo en conocer el genoma del SARS-COV-2 que circulaba en su territorio. Desde entonces, se calcula que el virus ya habría mutado más de cien veces a lo largo del mundo.
El resultado de los análisis obtenidos por los científicos del Malbrán fue enviado al Global Initiative on Sharing All Influenza Data (GISAID), entidad que aprobó el estudio de forma inmediata. GISAID es una iniciativa público – privada, con sede en Alemania, que promueve el intercambio internacional de todas las secuencias del virus de la influenza, y los datos clínicos y epidemiológicos relacionados con virus humanos. Además brinda información geográfica y específica para ayudar a los investigadores a comprender cómo evolucionan y se propagan los virus. Esta institución centraliza datos de todo el mundo y los distribuye para que estudios como el realizado en el Malbrán puedan ser llevados a cabo.
Además de ser el primer paso para comenzar a conocer los detalles de la circulación del virus en Argentina, el descubrimiento tiene otros beneficios, como la posibilidad de mejorar la calidad de los diagnósticos, complementar la vigilancia epidemiológica y contribuir a generar reactivos específicos para los tests de diagnóstico de Covid-19, en un contexto en que empiezan a escasear en el mundo: “toda la información que se pueda conseguir es muy útil a la hora de realizar los diseños para los reactivos”, sostuvo la directora técnico-científica del Malbrán y agregó que “también es fundamental para una fórmula vacunal”.
Aunque el desciframiento de los genomas específicos del país no modifica el estado del desarrollo de la vacuna en el mundo, sí será importante en el caso de que dicha vacuna sea descubierta, ya que podría ser modificada para producir formulas representativas de las cepas circulantes en Argentina: “Hoy en día con la vacuna contra el virus de la Influenza, por ejemplo, desde el Malbrán trabajamos cada año para conocer las mutaciones del virus, que siempre se producen, por lo que cada año nos vacunamos con una vacuna diferente que se corresponde con el virus que mutó. Si finalmente se llega a descubrir la vacuna contra el SARS-COV-2, entonces podríamos trabajar de la misma manera que lo hacemos con el virus de la Influenza”, explicó Perandones.
Finalmente, la directora técnico – científica destacó que el Malbrán seguirá con su trabajo de seguimiento genómico a partir del estudio de casos en todo el territorio argentino: “Vamos a tener muestras de distintas jurisdicciones del país y así seguiremos conociendo los distintos orígenes de las cepas, a partir de eso sacaremos conclusiones sobre los modos de mutación del virus en cada región y las distintas maneras en que se comporta. Lo importante es que tenemos que seguir secuenciando muestras”, concluyó.