Hay usados 2019 e incluso 2018 más caros que la versión 0km, donde hay faltantes. En las concesionarias ya hablan de “150 días” de espera, aun para unidades de fabricación local.

A lo largo del año, a medida que se fue haciendo más visible el torniquete a las importaciones de autos, los plazos de entrega entre el momento en que el cliente hace la reserva y la unidad está disponible para ser patentada se fueron estirando: un mes o dos, cuando la brecha del dólar se disparó, a comienzos de mayo. Dos meses como mínimo, a partir de julio. En algunos modelos que no se fabrican en el Mercosur directamente dejó de haber unidades cero kilómetro disponibles.

Ahora, sobre el filo del año, hay modelos que se fabrican en la Argentina con una lista de espera oficial de cinco meses. Lo confirmó a Clarín uno de los principales concesionarios de Toyota, una de las marcas más vendedoras.

“Hay una demanda sostenida y a la vez están las dificultades logística que todos conocemos”, dijo el dueño de la concesionaria, en referencia a la exigencia del Gobierno de autorizar cada unidad importada a través del Sistema de Monitoreo de Importaciones (SIMIs). “Y dentro de la producción local tenemos la reticencia del personal de planta a trabajar horas extra, por el castigo que les implica las retenciones del Impuesto a las Ganancias, sumado a las próximas vacaciones de enero, durante las cuales la planta estará cerrada”.

¿Conclusión? Malas noticias para los compradores. “En este contexto es difícil acortar la lista de espera, que hoy es del orden de los 150 días“, dijo el dueño de la concesionaria Toyota.

En lo que va del año fueron patentadas más de 320.000 unidades y para fine de diciembre se podrían superar las 345.000, según estimaciones de la Asociación de Concesionarias Automotores (ACARA). Son casi 60.000 vehículos por arriba del mercado de 290.000 vehículos que habían estimado para todo 2020 el Gobierno y la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), cuando acordaron un límite de importaciones de 96.000 unidades, entre agosto y diciembre.

Fuentes de la Secretaría de Industria aseguraron a Clarín que las importaciones “siguen dentro de los límites que acordamos con ADEFA”, en el orden de las 96.000 unidades. “Todo lo que se vendió por arriba de esa cifra, o bien fueron autos que estaban en stock antes de la pandemia, o bien fueron unidades de fabricación nacional que fueron despachadas en los últimos meses”, agregaron las fuentes oficiales.

La brecha del dólar fue un poderoso motor para las ventas durante todo el año, ya que el precio de lista de los cero kilómetro sigue la cotización del dólar oficial. En cambio, medidos a dólares “blue”, esos mismos modelos terminan siendo los más baratos de la región.

Durante los últimos días de octubre y principios de noviembre, cuando el precio del “blue” rozó los 190 pesos, generó todavía más actividad dentro de las concesionarias. Pero también hubo lugar para reclamos que rozaban lo insólito.

“Cuando el blue los 190 pesos, yo tuve gente que estaba por comprar y se echó atrás, porque pensaron que la cotización se iba a disparar aún más. Días después volvieron, pero con la exigencia de que yo bajara el precio en dólares de la unidad. Me decían que el blue había caído a 160 pesos y ahora no les alcanzaba”.

Como cada vez que hay más compradores que vehículos disponibles, comienzan a tallar los sobreprecios.

“Nosotros pudimos hacer alguna diferencia con modelos que teníamos en stock, y podíamos entregar en menos de una semana”, dijo el gerente general de una de las marcas “generalistas” más vendedoras. “Pero esas situaciones las podemos aplicar con cinco o diez unidades, como máximo. Para el resto de las operaciones no tenemos plazo: nos tenemos que sentar a esperar a la par del cliente, a ver cuándo la terminal nos asigna el auto”.

¿A cuánto ascienden los sobreprecios? Una visita a la página de Mercado Libre, sin ir más lejos, muestra una amplia gama de vehículos modelo 2019 o 2018 ofrecidos por arriba del precio de lista del cero kilómetro.

“Lo habitual es un 10% de sobreprecio sobre el precio de lista, a partir de  200.000 a 300.000 pesos, con muchas operaciones que se pactan medio millón de pesos arriba del precio de lista. La cuenta es sencilla: a un ritmo de incremento nominal del precio de entre 3% y 4% por mes, la concesionaria le ofrece al comprador que pague el precio al que ese auto estará dentro de tres meses, entre 10% y 15% arriba, pero pudiendo llevárselo ya”, dijo un vendedor de una de las tres marcas francesas que se comercializan en el país.

Ricardo Mastrángelo, vendedor de autos usados de alta gama, dijo que es casi imposible conseguir en el mercado los clásicos “4×4” importados de alta gama, en su versión 0km. “Hay usados importados, modelos 2018 o 2019, que hoy se venden más caros que los cero kilómetro, porque de todas maneras los cero kilómetro no se consiguen “, aseguró.

En una concesionaria Fiat, cuyo modelo Cronos hoy lidera el ranking de ventas, dijeron que el sistema interno que tienen para pedir autos a la automotriz dejó de ser una herramienta confiable.

“Antes de la pandemia, uno sabía que si el vehículo estaba en Aduana, te lo entregaban a los 15 días. Ahora, por más que internamente nos digan que el vehículo nos fue asignado, no tenemos ninguna certeza. Hubo unidades que aparecieron en el sistema, que figuraban como despachadas desde México, y luego directamente desaparecieron. ¿Qué pasó? Sencillo: como la Argentina venía complicada, las terminaron embarcando hacia otro destino“.