El ministro de Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, presentó un informe final de su gestión al frente de esa cartera con críticas al gobierno anterior, al asegurar que durante los últimos cuatro años se hizo «un gran trabajo, como nunca, para resolver el desquicio organizacional que heredamos».

En esa línea, destacó avances y reformas en materia institucional y política, en el vínculo entre la Nación y el resto de las jurisdicciones del país, cambios en materia migratoria y la agilización y digitalización de trámites.

«Hemos hecho un gran trabajo, como nunca, para resolver el desquicio organizacional que heredamos», afirmó Frigerio en una presentación que hizo junto a otros funcionarios de su cartera en el Salón de los Escudos de la Casa Rosada.

Al analizar el estado de situación del gobierno nacional que asumió en 2015, sostuvo que la gestión del presidente Mauricio Macri y la suya en particular estuvo «condicionada desde el arranque» por el fallo de la Corte Suprema que ordenó reintegrar el 15% de los fondos coparticipables a las provincias que, afirmó, significa «casi un 1% del PBI (Producto Bruto Interno)».

«Fuimos el gobierno argentino más débil en un siglo, en términos de representatividad parlamentaria, y con menos recursos discrecionales para trabajar con las provincias desde el regreso de la democracia», aseguró el ministro.

Aún así, destacó que desde entonces creció «exponencialmente» la transferencia directa de recursos a las provincias en detrimento de los Adelantos Transitorios (ATN) del Tesoro que, en términos reales, se redujeron a la mitad de los que se entregaron en 2015.

Y agregó: «Trabajamos para vincular a la Nación con las provincias, sincronizando y mejorando el flujo de la información, en todos los ámbitos».

En términos de modificaciones en controles fronterizos y políticas migratorias apuntó que «el mayor desafío fue no negociar los controles, pero mejorar y agilizar la transitabilidad en las fronteras», y destacó que la Argentina seguirá siendo un país abierto a la inmigración.

«Somos un país abierto a inmigrantes y lo seguiremos siendo, porque así es como creció la Argentina. Pero tenemos que separar a los que vienen a trabajar, producir o estudiar de los que quieren delinquir», expresó el ministro.