Había una sensación de inquietud entre los sectores que esperaban con ganas la película de ‘Barbie‘ antes de estrenarse y convertirse en «la película que hay que ver» de este año junto con ‘Oppenheimer‘. El principal motivo de ansiedad para algunos no era si Greta Gerwig iba a sacar una película buena o digna de ver, era si iba a poder sonar finalmente ‘Barbie Girl‘ de Aqua, especialmente tras todos los problemas legales que la banda ha mantenido con Mattel. Algunos amenazaban con quemar contenedores si no sonaba la canción.

Fuera coñas, sí que había curiosidad si iban a poder conseguir algo que era de cajón. Lo hicieron, aunque a medias, con una versión a medias con las raperas pop Iggy Azalea y Ice Spice que, digámoslo claro, es lo único decepcionante de una película sensacional. Una decisión que parece concesión para apelar a las cuentas de Spotify del público mejor, aunque si lo pensamos detenidamente es una de las muestras de las intenciones de la película: trazar puentes entre generaciones. Entre quienes que crecieron con Aqua y quienes no, quienes jugaban con las Barbie y quienes que no.

La mixtape definitiva

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Es sólo uno de los aspectos donde se muestra cómo la música de ‘Barbie’ resulta una de las armas secretas de la película para triunfar entre diferentes tipos de público. Sólo la selección de canciones originales ya da forma al disco de pop más sensacional del año, con una energía exuberante y colorida además de marcada por la variedad sonora que va en consonancia con el tono visual y narrativo de la película.

Greta Gerwig y su supervisor musical George Drakoulias se pusieron en contacto con Mark Ronson, uno de los productores musicales del momento que ha trabajando con artistas muy populares además de bandas de rock e indie. Gerwig le proporcionó una lista de sus canciones favoritas y parte del metraje de la película, y este tiró de agenda para dar forma a la mixtape definitiva, especialmente para los millenials más jóvenes y la generación Z.

Desde el perfecto y pegajoso caramelo pop con Dua Lipa hasta la melancolía de Billie Eilish, pasando también los ritmos latinos de Karol G, la pastelosa psicodelia de Tame Impala o el pop punk de PinkPantheress (estas últimas medio versionando un clásico nu-metal como ‘Butterfly‘ de Crazy Town). Incluso la festiva pieza de Lizzo al inicio de la película se va transformando a lo largo del primer acto para plasmar las inquietudes existencialistas buscadas por Gerwig, mostrando como cada canción va acorde a los diferentes tonos y los personajes que van saliendo en la película.

Radiofórmula y guitarritas playeras

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No obstante, las elecciones más destacadas musicalmente hablando son dos que no fueron escritas originalmente para la película, y apelan más a la generación de Gerwig que a las modernas. Por un lado está ‘Closer to fine‘, una power ballad de las Indigo Girls que escribió Emily Saliers en un momento de crisis existencial y búsqueda de rumbo tras terminar la universidad. Su tono eufórico y épico contrasta con el viaje de confusión que experimenta la protagonista de la letra, y viene a la perfección para una Barbie en su camino al mundo real y tratando de dilucidar que destino le espera. Introspección disfrazada de estribillos que gritar en compañía de la radio.

Pero si esa es la canción idónea para la Barbie protagonista, la escogida por Gerwig para Ken es igualmente pertinente. ‘Push‘ fue uno de esos pelotazos noventeros de Matchbox Twenty, que intenta disfrazar con actitud la moñería de su balada para tocar la guitarrita en la playa (un género donde ‘Wonderwall‘ de Oasis es la cima de la pesadez). Superficialmente parece una canción de abuso físico, pero el cantante Rob Thomas rápidamente aclaró que la intención era reflejar la manipulación emocional que él sintió durante su relación. Un sentimiento que, sin duda, refleja la experiencia de Ken en su relación con Barbie.

And I’m just Ken

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Pero hablemos un poco más de Ken. Ryan Gosling da una de las interpretaciones del año dando vida al eterno secundario de la vida de Barbie, al que Gerwig decide dar un poco de profundidad para poder explorar los efectos de un sistema rígido como el patriarcado en un hombre. A él le acaban cayendo muchos de los momentos más graciosos de la película, pero también la mejor interpretación musical en el cine de 2023 gracias al himno ‘I’m Just Ken‘.

Producida por Ronson e interpretada por el propio Gosling, la canción surge a partir del propio guión y su énfasis en la perspectiva de Ken. Para darle el último momento de empoderamiento y reivindicación personal, el productor da forma a una balada de rock de estadio que cantar con el mechero en alto. Colaboraciones como la guitarra de Slash, de Guns N’ Roses, y pasajes de puros sintes ochenteros realzan lo hortera pero sin caer en la autoparodia, siendo la expresión definitiva de un personaje que se niega a seguir quedando al margen.

Si hay algo de justicia en este mundo, ‘I’m Just Ken’ sonará a todo volumen en el recinto donde se celebren los próximos Premios Oscar se llevará la estatuilla de mejor canción original. Ni ‘Peaches‘, ni leches.

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