La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó hoy que ella y su familia sufrieron «una cruel persecución» judicial durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, al encabezar el acto de asunción de la intendenta del partido bonaerense de Quilmes, Mayra Mendoza.

Sostuvo además que fue un proceso «muy doloroso», pero destacó que hoy es «un día de alegría», y aseguró estar «emocionada» ante el apoyo de la militancia que «tuvo más convicciones que muchos dirigentes».

«Fueron años duros desde aquel 9 de diciembre de 2015 cuando nos hicieron terminar el mandato a la cero hora del día 9, como Cenicienta», sostuvo la vicepresidenta en su discurso posterior a la jura de Mendoza.

Recordó una denuncia en contra de su madre, la fallecida Ofelia Wilhelm, por una supuesta estafa con una cooperativa con el Correo Argentino que, finalmente, fue declarada nula por «inexistencia de delito».

«Mi madre se amargó mucho y sufrió mucho, porque era una mujer no acostumbrada a estas cosas en la política», dijo Cristina Kirchner, que lamentó que su progenitora «se murió sin saber que la habían acusado de algo que no era delito y que ni siquiera hay delito».

«Han construido partidos políticos en torno a denuncias seriales», fustigó la vicepresidenta, que aseguró que «todo (fue) muy doloroso» y «la persecución contra mi familia estos cuatro años fue cruel».

No puedo dejar de agradecer el amor y la comuni�n que siento con ustedes. Yo los siento ac�. Siento que ustedes me quieren tanto como yo los quiero a ustedes. Y es muy bueno porque es sanador. El amor de ustedes fue mi escudo, mi coraza y mi lanza en estos a�os tan dif�ciles.

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� Cristina Kirchner (@CFKArgentina)

12 de diciembre de 2019

Pero, sostuvo, «hoy es un día de alegría», agradeció «a los que siempre creyeron» y rememoró el inicio del cántico «vamos a volver» que se convirtió en «un código de identificación» entre personas que querían «volver a ser una sociedad con derechos, donde comer no sea un privilegio».

«Muchos asesores de marketing nos decían que había que cambiar la consigna de ‘vamos a volver’ porque no es buena», dijo, y admitió que también ella se «ponía nerviosa» cuando se cantaba esa canción en los actos que protagonizaba.

A pesar de ello, agradeció el «amor» y la «comunión» con los militantes: «Fue mi escudo, fue mi coraza, fue mi lanza en estos años tan duros y difíciles».

En ese momento hizo referencia sin nombrarla a su hija, Florencia, quien está recibiendo un tratamiento médico en Cuba, y a su hijo Máximo, al decir que «no tienen más remedio que ser hijos de Néstor y Cristina Kirchner». Y dijo que la joven «no tiene esa coraza ni esa fortaleza porque no se dedicó a esto, le gustan otras cosas». Y agregó: «Entonces ahí perforan, ahí horadan, ahí dañan».

«Pero yo sé que el amor y Dios nos va a ayudar a todos para volver a ser felices en esta Argentina», aseveró.

«Estoy contenta y si Mayra está emocionada, yo lo estoy más. Cuando uno charlaba con Mayra -dijo- cada dos palabras siempre estaba Quilmes. Cualquier conversación terminaba hablando de Quilmes, lo que habría que hacer, lo que sufría la gente. Puedo decir con justicia que Quilmes es la obsesión de Mayra».

Previo al discurso de la ex presidenta tomó posesión de su cargo la ex diputada nacional camporista, que juró «por Néstor Kichner, por Cristina Fernández de Kirchner, por la militancia, por el pueblo de Quilmes».

Con una musculosa blanca que dejaba a la vista el tatuaje que se hizo con el rostro de Kirchner en el brazo izquierdo, aseguró que «no fue magia lo que pasó de 2003 a 2015, ni va a ser magia lo que hagamos aquí en este distrito. Los convoco a que, con amor, transformemos la historia de Quilmes».

«Vamos a poner a Quilmes en sintonía con Provincia y Nación porque no hay proyecto local sin proyecto nacional. Recorrimos cada casa, cada barrio y los vecinos se convencieron que había posibilidad de un gobierno distinto, que reconstruya derechos», añadió.

Y afirmó que «quiero agradecerle a la militancia la presencia de nuestra querida compañera y hoy vicepresidenta. Nuestra siempre Presidenta de corazones, Cristina», dijo Mendoza, y le agradeció «por no habernos dejado solos».

Aseguró que en su mandato, «a diferencia de gestiones anteriores, no habrá despidos masivos» y que «con la voluntad que una pueda tener no alcanza, así que necesitamos que todos los quilmeños nos acompañen».

Al acto asistieron el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi; Máximo Kirchner, jefe del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, y la senadora nacional por Mendoza Anabel Fernández Sagasti.

Mendoza tomó juramento a sus colaboradores y la vicepresidenta les entregó a cada uno la resolución que los transformaba en funcionarios.

El gabinete contará con 13 secretarias más la Jefatura de Gabinete, y dependiendo de la Intendencia, la Unidad Intendenta y la Auditoría General.