Cuatro adolescentes, de entre 16 y 17 años, violaron con palos y fierros a una amiga, de 16, y como consecuencia de las gravísimas heridas que le provocaron, la chica murió.
El aberrante caso ocurrió semanas atrás en Bolivia. La menor agonizó varios días, hasta que falleció este viernes 29 de noviembre.
Su nombre era Jhoselin, y era de Oruro, en el oeste del país vecino. Tras velarla, sus padres reclamaron justicia.
Los acusados por este suceso son cuatro adolescentes de entre 16 y 17 años, que están detenidos preventivamente en un centro de rehabilitación para menores, investigados por el delito de violación con agravante.
Tras la muerte de la muchacha, el Ministerio Público podrá «ampliar el tipo penal» y cambiarlo a femicidio, dijo el fiscal departamental de Oruro, Orlando Zapata.
Se aguarda un informe forense que indique si los cuatro acusados consumieron alguna droga además de bebidas alcohólicas.
El hecho ocurrió el pasado 16 de octubre, cuando los cuatro chicos acordaron encontrarse con la víctima y otras tres amigas en una casa abandonada. La víctima, que acudió sola al encuentro, perdió el conocimiento tras consumir dos vasos de bebida, y cuando despertó «no recordaba lo ocurrido, sentía mucho frío y presentaba un fuerte dolor en las caderas, hecho que no le permitía ponerse de pie», informó entonces el Ministerio Público.
La adolescente logró salir del domicilio y fue auxiliada por transeúntes que la trasladaron a un hospital, donde fue ingresada en estado crítico con diagnóstico reservado.
«Aprovechando la situación de amistad, la abusaron llegando a niveles que es imposible describir. Prácticamente le han destrozado la región anal y vaginal», informó el fiscal. Según medios locales, los agresores le introdujeron palos y fierros en sus partes íntimas.
«Lamentamos este hecho por la familia. Es un caso muy duro, muy fuerte», declaró Zapata.
Los restos de la menor fueron velados en su domicilio este viernes. En medio de lágrimas, sus padres pidieron que se haga justicia y reclamaron la pena máxima para los responsables.
«Ahora estamos sufriendo en vez de festejar su promoción. Yo quiero decirles que esos chicos no salgan, que se haga justicia, que paguen lo que tiene que ser, que no se dé la pena mínima», exigió la madre de la joven.
Jhoselin cursaba su último año de colegio y quería ser profesora y psicóloga.
«¿Cómo es posible que hayan cometido esta atrocidad?. Sin embargo, los delincuentes están en el albergue, donde reciben visitas diarias con todas las comodidades. Estos delincuentes han actuado como adultos y deberían ser juzgados como adultos. Nos encontramos aquí llorando su pérdida con toda esta impotencia. Pedimos justicia», señaló su padre.