Decenas de miles de personas trataban de escapar el jueves de las ciudades costeras de Australia asoladas por incendios forestales, mientras buques y helicópteros de la Armada prestaban apoyo para evacuar a quienes quedaron aislados por las llamas.

Alimentados por las altas temperaturas y fuertes vientos, unos 200 incendios consumen miles de hectáreas en los estados surorientales de Nueva Gales del Sur y Victoria, amenazando a varias ciudades.

El gobierno de Nueva Gales del Sur declaró estado de emergencia a partir del viernes, lo que entrega a las autoridades la potestad para realizar evacuaciones forzadas o asumir el control de servicios públicos.

«Esto es peor de lo que cualquiera hubiera previsto», dijo Michelle Robert desde la localidad de Mallacoota, una ciudad costera de 4.000 habitantes que quedaron atrapados en la playa desde el lunes por la noche.

Robert esperaba que su hija de 18 años pudiera subir a un buque militar, que llegó a la ciudad el jueves, para escapar de los incendios que están produciendo una densa nube de humo en la zona urbana.

Se espera que el HMAS Choules realice dos o tres viajes en los próximos días, de acuerdo a las autoridades estatales.

En otras partes del país se formaron largas filas fuera de los supermercados y estaciones de servicio, ya que los residentes y turistas intentaban abastecerse ya sea para pasar varios días aislados o tratar de salir de las áreas urbanas, vaciando los estantes de productos básicos como pan y leche.

Más de 50.000 personas se encontraban sin electricidad y algunas localidades no tenían acceso a agua potable.

«Todos estamos sumamente tensos», dijo Shane Flanagan, un residente de Batemans Bay, situado en Nueva Gales del Sur.

Las autoridades australianas instaron evacuaciones masivas de varias ciudades de la costa sur, un área popular entre turistas para las vacaciones del verano austral, y advirtieron que la ola de calor extremo que se prevé para este fin de semana podrían empeorar los incendios.

«Hoy la prioridad es combatir los incendios y evacuar, lograr que las personas estén a salvo», dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison.

Ocho personas murieron por los incendios forestales en Nueva Gales del Sur y Victoria desde el lunes, y 18 están desaparecidas, de acuerdo a un informe de las autoridades emitido el jueves.