Desde que comenzó la pandemia los alimentos de primera necesidad triplicaron el nivel de precios generales que mide el Indec. Los especialistas consultados destacaron que es llamativo que esta suba se registre en un contexto de congelamiento de tarifas y combustibles, de la carga impositiva y de los salarios y jubilaciones.
Según Consumidores Libres, los diez productos que más subieron durante la cuarentena fueron: cebolla (78%), berenjena (56%), huevos (47,7%), carne picada (37%), tomate perita (33,3%), zanahoria (32,2%), aceite de girasol (30%), manzana (23,7%), harina común (16,9%) y pan común (16,6%).
«Estos números corresponden al período de cuarentena que se inició el 20 de marzo y si se los compara con el IPC (Índice de Precios al Consumidor), que es del 15,8%, se percibe la enorme magnitud del aumento de estos productos de consumo masivo», explicó Héctor Polino, titular de Consumidores Libres.
Según el especialista, «hay que tener en cuenta además que ese IPC del 15,8% corresponde a los siete primeros meses del año (enero/julio) y nuestra medición incluye 4 meses desde abril a julio».
Polino destacó que estas subas se dieron en un contexto en que las tarifas de los servicios públicos, los combustibles, los peajes de rutas nacionales y provinciales y la carga tributaria estuvieron congeladas, en tanto que salarios y jubilaciones lejos de aumentar en la mayoría de los casos disminuyeron, la paridad cambiaria tuvo poca variación y hubo precios máximos y precios cuidados desde el 6 de marzo.
Productos no perecederos
Por su parte, la medición de Focus Market arrojó resultados parecidos, pero centrada en su caso en productos no perecederos. Según la entidad que conduce Damián Di Pace, los huevos fueron los que encabezaron las subas de enero a agosto con un promedio ponderado en todas sus presentaciones del 43,7%.
Le siguieron las tapas de empanadas (42,7%), enlatados de pescado (42,4%), harina premezcla (38,7%), chocolatados (37%), yerbas (32,5%), jabón en barra (29%), pañales (28,6%), arroz (28,1%), puré de tomate (28,1%), detergente para ropa (27,7%).
Carne
En cuanto a la carne, los precios estuvieron algo más moderados, pero aún por encima del IPC. Según un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), desde que se inició la cuarentena el precio de la carne vacuna al público subió un 20,7%.
De acuerdo a la entidad, en agosto pasado en los mostradores del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) el precio promedio de los cortes vacunos aumentó un 2,9% mensual. Así, la carne se habría encarecido en niveles en torno de la inflación, ya que los analistas privados esperan que agosto haya cerrado en un rango de entre 2,5 y 3%.
Esta suba de precio en la carne se da en un contexto de baja del consumo que según Ciccra en agosto se ubicó en el equivalente a 50,3 kg/año, una merma del 2,7% comparado a igual mes de 2019.
Aceleramiento de todos los precios
No solo limitados al universo de los alimentos, diversas consultoras privadas registraron un aceleramiento de precios de todos los bienes y servicios y vaticinaron para agosto una aumento cercano al 3%, rompiendo una tendencia estabilizada alrededor del 2% en los últimos meses.
Las mediciones privadas de FIEL, Orlando Ferreres y EcoGo coincidieron además en que agosto registró un fuerte incremento de la inflación núcleo, que es aquella que excluye los factores estacionales y los precios regulados.
Todos los pronósticos dieron una cifra superior a 2,5%, pero si se excluyen los factores estacionales y los precios regulados, que están congelados, el número se ubicaría cómodamente por encima del 3%.
«Esta desmedida suba de precios de los productos más necesarios ocurre mientras salarios y jubilaciones permanecen deprimidos y ha hecho que la pobreza suba en estos meses un 10 % y la indigencia un 3%», señaló Polino, que remarcó que en los precios de los bienes de consumo influye el abultado costo logístico, que asciende al 27 % del valor del producto.
«El 90 % del transporte se hace en camiones y se ha comprobado que transportar una tonelada de producto en camión es mucho más caro que en tren. Así poner un producto desde Misiones en Europa es más barato que llevarlo a Buenos Aires», señaló.