En el encuentro, el Presidente ratificó que “Argentina está ante una suerte de default virtual” y cuando el Gobierno eleve la propuesta de reestructuración de la deuda ante los bonistas privados, “los mercados van a conocer lo que Argentina está en condiciones de pagar y cumplir”.
La propuesta engloba a 21 bonos elegibles nominados en dólares, euros y francos, bajo legislación extranjera por un total de u$s66.238 millones. La presentación oficial aclara que u$s41.548 millones emitidos en los últimos 4 años. Los principales tenedores de esta deuda son los fondos Black Rock, Greylock, Fidelity, Templeton y PIMCO.
Los anuncios se hicieron ante los gobernadores reunidos en la quinta de Olivos (en su mayoría en forma presencial o y algunos por videoconferencia). También participaron la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
La presentación resultó sorpresiva, ya que se realizó una media hora antes del horario previsto (17 horas) sin que mediara ningún aviso por parte de la Presidencia. También fue llamativa la distribución de la cabecera de la mesa que hiciera los anuncios, con el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, inmediatamente a la izquierda del presidente y la vicepresidenta a la derecha.
La lectura que realizaron analistas del exterior es que en la convocatoria se tuvo cuidado de mostrar un frente unido, incluyendo al principal dirigente de la oposición con dominio territorial.
No se puede pagar nada
Según Guzmán, hay consenso en que la Argentina “durante ciertos años no puede pagar nada” y que “también hay consenso en que debe haber una reducción fuerte en la carga de deuda” Así, explicó que “proponemos cambiar la estructura de bonos por otra que implique un período de gracia de tres años. No se pagaría nada en 2020, 2021 y 2022, se pagaría un cupón promedio de 0,5% en 2023 y esas tasas irían creciendo hasta niveles que son sostenibles”.
El ministro precisó que “el interés promedio que pagaría la Argentina es de 2,33%”. Asimismo, el titular del Palacio de Hacienda especificó que “la propuesta conlleva mayor reducción de intereses que de capital. Se da una reducción de capital de 3.600 millones de dólares, es decir, una quita del 5,4% sobre el stock de deuda y una reducción del pago de intereses de 37.900 millones, que equivale a una quita del 62%”.
El ministro anticipó que a partir del lanzamiento formal de la oferta ante los acreedores externos, que será mañana, habrá aproximadamente 20 días de plazo para que los bonistas puedan decidir si aceptan la propuesta argentina. Cabe recordar que, tal como anticipo Ambito, la oferta aún no fue presentada ante la SEC.
En su presentación, Guzmán reiteró que la deuda es “insostenible” y que la Argentina no está en condiciones de afrontar su pago en las actuales condiciones. “Hoy no podemos pagar la deuda, tenemos la voluntad de hacerlo, pero no tenemos la capacidad de hacerlo”, sostuvo el ministro.
En ese sentido, destacó que también el FMI coincide con la visión del gobierno argentino, tras evaluar la capacidad de pago del país. “La Argentina no puede pagar nada” y “el Fondo coincide en que tiene que haber una fuerte reducción en la carga de la deuda”, dijo.
El ministro dijo “la realidad es que aún no se ha llegado a un entendimiento entre la Argentina y los bonistas sobre qué es sostenible”, pero insistió en que “lo que la Argentina propone es algo que es consistente con lo que consideramos que es un marco macroeconómico sostenible y también con lo que el Fondo Monetario Internacional considera que es sostenible”, afirmó dando una muestra de que el gobierno cuenta con el apoyo del organismo multilateral.
Guzmán advirtió que “querer forzar pagos de deuda insostenible significaría una carga aún mayor. Significaría condenar a millones más a la pobreza, al desempleo, a la pérdida de oportunidades y sueños” y fue enfático al señalar que “es algo que nosotros no vamos a permitir, hay un límite y ese límite es la oferta que la Argentina está proponiendo en el día de mañana”.