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Gabriel Leguizamón, hermano del oficial principal de la policía de la provincia, Wilson Leguizamón (37), quien se suicidó hace unas semanas, se presentó en Fiscalía General para realizar la denuncia oficial contra del Jefe de la Unidad Regional N°1, comisario Walter Fabián Quiroga y del Jefe de Bomberos, José Miguel Serra, a quienes acusa de “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “abuso de autoridad”. Además, pide que la justicia investigue las posibles comisiones de otros delitos que puedan surgir.

El principal acusado por Gabriel y Cristian Leguizamón es el comisario Quiroga, identificado, según sus propias palabras, como “Roma Uno”, por haber “persiguió y hostigó impunemente” a su hermano pese a saber que no se encontraba bien.

Dos días después de la muerte del oficial, sus hermanos brindaron una nota al diario El Ancasti, en la que pedían que “el gobierno abra los ojos” ante estos hechos de abuso de funcionarios policiales contra subordinados. En ese contexto, contaron que su hermano “dio muchos avisos de que estaba mal de salud, que no fueron detectados por la Policía. Él no estaba bien. Dentro de la fuerza se sabía pero nadie hizo nada. En un momento le quitaron el arma y después se la entregaron porque quería rendir para ascender”. Hicieron hincapié en que “el jefe de Roma Uno lo trató mal porque permanentemente lo hostigaba y lo mandaba de una comisaría a otra, siempre de guardia o haciendo adicionales”.

Hoy, esas acusaciones públicas realizadas por los hermanos se oficializaron con una denuncia penal y la justicia deberá investigar si realmente existió ese hostigamiento y si este pudo haber empujado al oficial Leguizamo a tomar tan drástica decisión.

Los hermanos del oficial son patrocinados legalmente por el abogado Leonardo Berber y esperan que se realice una investigación a conciencia, ya que advirtieron que, según el testimonio de otros agentes, “son muchos los que están atravesando situaciones difíciles por trabajo, porque la plata no les alcanza y deben salir a manifestarse en la calle para que les paguen lo que se debe, porque nadie los escucha cuando tienen algún reclamo o planteamiento. Los castigan, les hacen un sumario y pierden los ascensos, o los mandan a otro lado”.