“Esto quiere decir que nadie puede moverse de su residencia, todos tienen que quedarse en sus casas”, declaró anoche el Presidente, que firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU ) tras reunirse con los gobernadores en la quinta presidencial de Olivos.

Quienes rompan la cuarentena serán acusados de delito contra la salud pública. Se procederá, entonces, a su detención y secuestro de vehículo en el caso de que el infractor se mueva por esa vía.

“Entiéndase que, desde las cero, la Prefectura y Gendarmería, la policía federal y las provinciales estarán controlando quien circule por la calle . Aquel que no pueda explicar qué hace en la calle se verá sometido a las sanciones que el Código Penal prevé para quien viola las normas”, sostuvo el jefe del Estado.

Según explicó el Presidente, que hizo su presentación acompañado por cuatro gobernadores, Axel Kicillof (Buenos Aires), Horacio Rodríguez Larreta (Capital), Gerardo Morales (Jujuy) y Omar Perotti (Santa Fe) -uno de cada partido político, como mensaje de unidad-, el aislamiento solo permite desplazamientos mínimos e indispensables, como por ejemplo para comprar alimentos, insumos médicos y otros comercios de proximidad como ferreterías, veterinarias y kioscos.

Quedan exceptuados del aislamiento los trabajadores de la salud, seguridad, defensa, migraciones, bomberos, autoridades superiores del Estado -Nacional, provincial y municipal-, Justicia y del cuerpo diplomático.

“Vamos a ser inflexibles”, exclamó el Presidente con gesto adusto y claras muestras de cansancio. “Es una medida excepcional que tomamos en el marco de lo que la democracia permite. Espero que haya mejores momentos en los cuatro años que me quedan como Presidente”, dijo con pesar.

El DNU es una primera etapa. Después del 31 -que será feriado en lugar del 2 de abril-, si la curva de contagios se mantiene o crece, habrá nuevas medidas más restrictivas.