No es que las películas de tiburones deban ser todas tratadas obligatoriamente como divertidas chorradas de terror salvaje y humor cafre. Mismamente tenemos ‘Tiburón‘ como ejemplo máximo de cómo hacer bien y en serio esta clase de película (aunque incluso ella tiene su punto de malicia divertida). Pero si no eres ‘Tiburón’, es difícil que la cinta en cuestión pase la prueba del algodón y el conjunto se vea falso y absurdo.
Al menos, la clase equivocada de absurdo. No olvidemos que esta clase de terror tiene sus raíces en la serie B desprejuiciada, y debería ser capaz de mantener eso aunque tenga presupuestos millonarios. A una de las franquicias más exitosas comercialmente le ha llevado casi película y media darse cuenta de lo que debe hacer realmente. Pero el caso es que ‘Megalodón 2: La fosa‘ funciona.
Pez fuera del agua
La secuela del gigantesco éxito de 2018 con Jason Statham consigue ser uno de esos casos donde la secuela resulta mejor que la original. Incluso mucho mejor. Ben Wheatley consigue hacer al fin una película comercial que se acopla bien a sus virtudes como cineasta y crea una de las películas más locas en el terreno del terror y ciencia ficción de este año. Una que ya se puede ver en streaming a través de HBO Max.
El personaje de Statham tiene que volver a la acción cuando la empresa de investigación tecnológica y marina con la que colabora decide explorar las profundidades abisales del océano. Su experiencia al enfretarse anteriormente al Megalodón será crucial para sobrevivir en el viaje submarino, pero pronto descubrirán una malévola operación terrorista que provocará la escapada a la superficie de no uno, sino varios megalodones a los que habrá que cazar.
Más tiburones gigantes sedientos de sangre y alguna amenaza sobrenatural sorpresa más. Todo eso nos prometía un tráiler que ya es prácticamente una de las mejores comedias de acción del año. La película, eso sí, tarda en llegar a esa promesa, dedicando una primera mitad del metraje a ser un exploit de ciencia ficción y terror en las profundidades algo más funcional pero eficaz, incluso aunque a ratos sea imposible ver nada.
‘Megalodón 2: La fosa’: diversión salvaje
Esa primera parte hace temer que Wheatley no haya podido corregir los errores de la primera ‘Megalodón‘, que se tomaba como un blockbuster medianamente serio a pesar de estar plagada de elementos para hacer un espectáculo delirante. Uno que llega sin duda en la segunda mitad de la película, donde el humor negro se desata al igual que la acción sangrienta.
Aunque sea con lo justo, ‘Megalodón 2: La fosa’ es capaz de ofrecer el rato de diversión cafre y desatada que parece pedir a gritos la premisa de esta franquicia. Sencilla al máximo, pero terriblemente eficaz cuando se aprovecha bien. No es de los trabajos más sugerentes de Wheatley, que guarda sus tendencias psicodélicas para una estupenda secuencia de créditos finales, pero se nota que ha entendido el encargo y lo lleva a donde debe.
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