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Estos son los Usos y Riesgos de Usar Derivados Financieros

Su propósito original era ayudar a mitigar los riesgos de los portafolios de inversión, sin embargo, muchos participantes del mercado vieron en ellos una oportunidad para generar mayores ganancias usándolos para abrir posiciones apalancadas en diversos instrumentos como acciones o materias primas. Esto extendió el uso de los derivados para fines de especulación.

Como resultado, muchas plataformas de trading hoy día ofrecen la posibilidad de negociar con CFDs – conocidos en español como contratos por diferencia – opciones y futuros. Si estos son conceptos que no te son familiares, a continuación te explicamos cuáles son los derivados financieros más populares y cuales son los riesgos y beneficios de usarlos para operar en el mercado.

Opciones de Compra y Venta

Las opciones son uno de los más conocidos derivados financieros. Las mismas le dan a los inversionistas el derecho, no la obligación, de comprar (call) o vender (put) un instrumento financiero como una acción a un precio determinado al llegar la fecha de expiración.

Las opciones pueden ser usadas para proteger un portafolio de inversión en caso de que haya una fuerte caída del mercado. Esto se logra comprando opciones de venta de un índice financiero específico o de los diversos instrumentos que componen la cartera.

Una vez la opción llega a su fecha de expiración, el inversionista puede o no optar por recibir el activo subyacente. Por otro lado, si el precio del activo está por encima del precio de ejercicio de la opción, se puede cerrar la posición con ganancias. En caso contrario, el instrumento expirará completamente sin valor.

El beneficio de las opciones es que la pérdida máxima que el inversionista puede experimentar al usarlo es la prima pagada por dicho activo. Adicionalmente, son una forma de apalancamiento indirecto ya que los inversionistas pueden obtener altos retornos con una inversión relativamente pequeña.

Sin embargo, las opciones son altamente volátiles ya que su valor está influenciado tanto por las fluctuaciones en el precio del activo subyacente como por los cambios en la volatilidad general del mercado.

Negociar con opciones es una actividad de alta complejidad que amerita la compresión profunda de conceptos financieros avanzados como el “time decay”, las variables conocidas como “griegas”, y la volatilidad. 

Futuros

Los futuros son contratos financieros que dan al tenedor el derecho y la obligación de comprar o vender una cierta cantidad de un activo subyacente a un precio predeterminado en una fecha previamente fijada.

Las materias primas son el activo más comúnmente negociado a través de futuros como es el caso del petróleo y el oro. Sin embargo, se han lanzado también contratos de futuros para activos financieros como índices y tasas de interés.

A diferencia de las opciones, cuando un futuro llega a su fecha de expiración el inversionista está obligado a recibir la cantidad del activo subyacente fijada en el contrato.

Las ventajas de usar futuros son muchas, no solo para inversionistas sino también para los productores de materias primas. En el caso de estos últimos, estos contratos pueden ser usados para garantizar un precio de venta mínimo para sus bienes a fin de mantener los márgenes de ganancia dentro de lo proyectado.

Adicionalmente, los futuros son también instrumentos muy estandarizados y las entregas de los activos subyacentes están garantizadas por instituciones de intachable reputación como el Chicago Mercantile Exchange (CME Group) en Estados Unidos y el Intercontinental Exchange en Europa.

Las pérdidas que puede generar la negociación con futuros son bastante más elevadas que aquellas que pueden producirse negociando con opciones debido a que los contratos son generalmente por miles de unidades del activo subyacente.

Contratos por Diferencia (CFDs)

Los contratos por diferencia (CFDs) son de las más recientes innovaciones financieras y su uso se ha extendido ya que muchas firmas de corretaje brindan acceso a los mercados financieros a sus clientes a través de ello.

Con estos contratos, el inversionista obtiene exposición a diversos activos financieros como las acciones e índices sin necesidad de poseer directamente estos instrumentos. Los CFDs se usan generalmente para especular sobre futuros movimientos en el precio de un activo – ya sea al alza o a la baja.

Al momento de abrir una posición con un CFD, el inversionista establece un contrato con la firma de corretaje que le da el derecho de recibir la diferencia entre el precio al momento de abrir la posición y el precio de mercado al momento del cierre. Si dicha diferencia es positiva, el inversionista genera una ganancia. Por el contrario, si la diferencia es negativa, se produce una pérdida.

La ventaja de los CFDs es que permiten abrir posiciones apalancadas que pueden expandir las ganancias significativamente. Por otro lado, estos instrumentos pueden ser generalmente tranzados a bajo costo y existe una amplia variedad de activos a los que se puede obtener exposición a través de ellos.

Sin embargo, los riesgos de negociar con CFDs incluyen pérdidas ilimitadas si no se implementan estrategias de gestión de riesgo adecuadas. De igual forma, debido a que el contrato se hace con una firma de corretaje, existe el riesgo de que estas empresas puedan no estar en la capacidad de honrar sus compromisos durante caídas imprevistas y dramáticas del mercado.

Para cerrar

Ya sea que inviertas directamente en instrumentos tradicionales o a través de derivados financieros, conocer la amplia gama de productos disponibles en la industria financiera hoy día te dará mayores opciones para construir carteras de inversión a prueba de todo.