El inicio el próximo jueves a las 14 de la paritaria docente nacional, una ingeniería disuelta por Mauricio Macri y que acaba de ser resucitada por Alberto Fernándeztendrá una antesala clave: a las 10 de ese mismo día el titular de la cartera educativa, Nicolás Trotta, recibirá en el Palacio Sarmiento a los ministros de Economía y de Educación de las provincias.

Allí, a sólo un mes del comienzo de clases previsto para el 2 de marzo, los enviados de los gobernadores esperan cosechar precisiones sobre esa vital pulseada y hacer valer sus preocupaciones sobre las finanzas de los distritos y la necesidad de no fijar una vara salarial alta que complique luego las negociaciones locales.

Esa cumbre previa en tierra porteña fue confirmada a Ambito Financiero desde varios despachos provinciales, donde prima la expectativa.

Entiendo que es para escuchar a las provincias, porque la paritaria docente nacional nos termina impactando”, afirmaron desde cercanías de un mandatario. Por su parte, desde otro distrito sostuvieron que la idea es “escuchar lo que dice Nación”.

A priori, al menos hasta ayer las provincias no habían consensuado un posicionamiento conjunto para llevar a ese encuentro. “No hay nada por ahora; la situación es muy distinta en cada provincia con los salarios docentes”, afirmó un funcionario del interior.

En rigor, el Gobierno de Fernández parece haber tomado nota de los resquemores que todavía genera entre algunos gobernadores la estrategia de fijación en una mesa negociadora en Buenos Aires -con los gremios docentes nacionales- del piso de sueldo de los maestros a nivel país, por considerar que puede llegar a enrarecer luego la discusión con los maestros locales. Ello, por el potencial trasvase directo a la pulseada provincial del porcentaje de aumento que finalmente se consensúe para ese mínimo salarial, más allá de que ese distrito ya pague por encima de ese monto.

Por eso en esta oportunidad Nación se encargó de citar a la mesa de negociación, que arrancará el jueves a las 14, a todos los ministros de Educación de las provincias. Los anfitriones serán Trotta y su par de Trabajo, Claudio MoroniEste último confirmó el giro de alentar una mayor participación de las provincias en la negociación el pasado viernes, en el marco de la reunión del Consejo Federal del Trabajo.

La preocupación de los gobernadores es máxima: la pulseada con los maestros es clave para las provincias porque marcará el pulso de lo que serán luego las negociaciones con el resto de los gremios locales, en el marco de las tensiones desatadas tras la escalada de la inflación. Una vara demasiado alta fijada en esa mesa nacional será un disparador de tensiones riesgoso para los mandatarios, impactados por los coletazos de la crisis nacional.

Los mandatarios además buscan garantizar el financiamiento nacional para sus distritos (a través del Fondo de Compensación Salarial), para el caso de aquellos que enfrenten dificultades para cumplir con ese piso salarial-

El objetivo claro de Nación -en el primer año de gestión de Fernández- y de los gobernadores es asegurar el normal comienzo de clases, previsto en la mayor parte de las provincias para el próximo 2 de marzo.

A priori, según trascendió, ya estaría programado un segundo encuentro, a menos de dos semanas de esa fecha clave, también con ministros de Economía y de Educación provinciales, que se llevaría a cabo en Chapadmalal.

“Esperaremos al 19 de febrero, cuando vamos a tener la reunión en Chapadmalal con los ministros de Educación y Hacienda de todo el país, y a partir de allí llamaremos a la paritaria en cada jurisdicción”, dijo en las últimas horas el ministro de Educación de San Juan, Felipe de los Ríos, en declaraciones consignadas por el diario Tiempo de San Juan.

Los ministros de Economía de las provincias, más allá de la paritaria docente nacional, intentarán además cosechar una respuesta a un vacío legal -informado la semana pasada por Ambito Financiero– derivado de la decisión de Fernández de prorrogar el Presupuesto nacional 2019, y que involucra a la cartera de Trotta.

En despachos provinciales advierten que resta aún un instrumento legal -por caso, un decreto- que blinde que el 6% del PBI nacional debe ser destinado a financiamiento educativo. Ese paraguas impide que el goteo de esos recursos especiales a las provincias sea detraído de la coparticipación para otros fines (como el pago de créditos a entidades bancarias, o de adelantos de coparticipación), por lo que su ausencia es un problema acuciante, que ya llevó a varias provincias a quedar con coparticipación cero este año.

En las últimas horas, Trotta remarcó que “el horizonte es lograr el 6% de inversión” pero consideró que “es algo que no se va a poder hacer en un año, porque primero hay que dejar atrás todo este proceso de desfinanciamiento del que venimos”.

ambito.com