Luego de conocerse una inflación del 4,7% en marzo, en aquel momento “un pico” en la suba de precios, el Gobierno lanzó medidas económicas que buscaron contener los precios e impulsar el consumo, algo que nunca ocurrió y que se agravó tras la megadevaluación del peso post PASO.
Hacia fines de marzo, el Presidente anunció un paquete, que incluyó, entre otras cosas, el congelamiento de las tarifas de electricidad y gas y transporte hasta fin de año.
En el caso de la luz, los dos aumentos que se habían anunciado a principios de 2019 y que se aplicarían a lo largo de este año, se frenaron para los usuarios, pero las empresas igual recibieron el importe del alza porque fueron absorbidos todos estos meses por el Estado nacional.
También hubo durante el invierno un descuento del 22% en el precio del gas, que los usuarios pagarán en las facturas de los meses del verano de 2020, los de menor consumo. El costo de postergar estos pagos por los usuarios también fue absorbido por el Estado Nacional.
Es decir, la gestión de Cambiemos implementó un esquema de dos ajustes en la tarifa del gas por año. Uno en abril y otro en el segundo semestre del año.
El primer aumento de 2019 fue del 25% y efectivamente se aplicó en tres partes (desde abril a junio) pero el Gobierno nacional lo absorbió en su gran parte, y las familias deberán afrontar ese aumento que no pagaron todos estos meses a partir de diciembre. Ese descuento del 22% que se hizo cargo el Estado lo pagarán en 4 cuotas hasta marzo, más la tarifa plena que se abona desde diciembre.
En tanto, el segundo incremento que debería haber definido y aplicado en septiembre quedó frenado, y debería discutirse en enero, ya con el cambio de autoridades en Energía, tras el triunfo de Alberto Fernández en las elecciones del 27 de octubre.
En aquel anuncio de Macri, también comunicó que no habría aumentos de peajes hasta culminar el 2019, luego de la batería de ajustes que sufrieron las autopistas de todo el país a principios de año.