Todos los años, entre las finalistas a los Premios Óscar en las categorías actorales, se cuelan un par de biopics de figuras relevantes del mundo de la cultura, la política o la historia en general. Normalmente, estas películas suelen ser trabajos muy menores, productos manufacturados y pensados para llegar con varias nominaciones a la ceremonia.

Este año fue el turno de ‘Judy‘, sobre Judy Garland, una de las figuras más atormentadas de la edad dorada de Hollywood. Una niña sobreexplotada que acabaría convirtiendo su vida en una espiral de autodestrucción por culpa de su inestabilidad mental y adicciones.

Teniendo en cuenta el cuadro que podría haber salido del biopic de una artista con una vida tan sórdida, lo cierto es que ‘Judy’, al estar inspirada en una obra de teatro, sabe esquivar ciertos lugares comunes de este tipo de películas. Aun así, hay algo en su montaje y en la forma de filmar ciertas escenas que la convierten en un producto extraño e inconexo, a caballo entre el drama íntimo y la gran película comercial norteamericana.

Entre todo esto, podemos apreciar las ideas de un director que parece conocer muy bien el material de base y que apuesta todo a la selección musical de la cinta. En sus canciones, es donde ‘Judy’ esconde su discurso más poderoso, su reflexión sobre el auténtico calvario que debió vivir esta niña y que sirve también para redimir a Renée Zellweger.

A continuación analizamos los seis temas musicales más destacados de ‘Judy’ y lo que significan en la película:

By Myself

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La primera canción que Renée Zellweger canta en la película, está tomada del último de los musicales que hizo Judy Garland para el cine, ‘Podría seguir cantando‘ (‘I Could Go on Singing’, 1963), una película con muchos paralelismos con el momento de la vida de la cantante que narra el biopic.

La película contaba la historia de una cantante que iba a hacer una serie de conciertos a Londres (punto de partida de ‘Judy’) con la excusa de reencontrarse con personas de su pasado, y esta canción en concreto será una de las que interprete siendo una poderosa y evidente declaración de intenciones.

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‘Be Myself’ habla de la importancia de ser independiente emocionalmente y rehacer una vida después de una ruptura amorosa; como se puede observar, responde muy bien a ese momento de la cinta, cuando Judy ha dejado a su marido y opta por una vida profesional que salvará a sus hijos.

También, cuando se filma la película en el 63, esta aria es elegida con un doble sentido, más todavía si tenemos en cuenta que no es una pieza original, sino que está tomada de un musical de los años 30 llamado ‘Between the Devil’; esta técnica de prestarse canciones entre musicales y películas era bastante habitual, de hecho, Garland interpretó ‘Singing in the Rain’ en una película Little Nellie Kelly, más de diez años antes del lanzamiento de la cinta homónima.

Es una gran elección de cara a narrar este regreso puesto que muestra a una artista totalmente rota pero que todavía no se rinde ya que tiene mucho que contar.

Trolley Song

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Una de las canciones más populares interpretadas por Garland, tomada de la película ‘Cita en St. Louis‘ (‘Meet Me in St Louis’, 1944) es este “Trolley Song”. Probablemente una de las canciones más populares del musical clásico, con una puesta en escena icónica que define perfectamente a todo el género.

En apenas cinco tomas, observamos a una joven Judy interpretando uno de esos números icónicos, que no tiene sentido a nivel narrativo y simplemente es una canción jovial y alegre a bordo de un tranvía rodeado de mujeres en pomposos y coloridos vestidos que dejaban ver las virtudes del Technicolor.

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‘Cita en St. Louis’ es una de las películas más recordadas de la actriz, puesto que suponía su incursión en el cine adulto con un musical que dejaría varias canciones y escenas para el recuerdo además de suponer el inicio de su relación con el director Vicente Minelli de la que nacería otra leyenda, Liza Minelli.

En ‘Judy’, The Trolley Song aparece como la parte más viva de estos conciertos, donde podemos ver como la cantante va recuperando la motivación y confianza consigo misma; y, una vez más, se corresponde al estado real de la verdadera Garland, puesto que, dentro de su desgracia, estos fueron los años de mayor esplendor de la actriz y cuando haría las películas por las que es recordada.

Get Happy

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Aunque es la que menos tiene que ver con el contexto original de la película en la que aparece, ‘Summer Stock’ (1950), en la etapa más lucida de la actriz, lo cierto es que “Get Happy” puede servir para hacernos una idea de la importancia que tiene Judy Garland como icono en la comunidad gay.

En uno de los momentos más lúcidos del biopic, ‘Judy’ se va a cenar a casa de dos fans que tienen una relación de espaldas a la sociedad y cuando uno de ellos empieza a tocar el piano, ella canta esta balada mostrando que su música, su arte y sus películas son un lugar seguro. La trágica vida de la actriz se convirtió enseguida en un espejo para los homosexuales de la época quienes veían en sus problemas un paralelismo con la vida que, por seguridad personal, tenían que llevar en secreto.

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A su vez, Garland inventa toda una forma de interpretar amanerada, conscientemente exagerada (a veces rozando lo irónico), pero siempre dulce que ha sido seguida por todo tipo de divas hasta nuestros días; además, no podemos olvidar que, referenciando a El mago de Oz, se popularizaría la expresión “Amigo de Dorothy” para identificarse entre homosexuales en diferentes bares y clubs.

Si algo tiene Get Happy, es que ha sido interpretada a lo largo de los años por artistas como Barbra Streisand o Lea Mitchelle que han sido también iconos gays.

Come Rain or Come Shine

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Aunque no apareciera en ninguna de sus películas, “Come Rain or Come Shine” es una canción del musical ‘St. Louis Woman’, de la que Garland haría una versión para uno de sus álbumes y la interpretaría posteriormente en The Judy Garland Show.

Se trata de una tradicional balada de desamor que, una vez más, encaja con la desequilibrada vida y la fragilidad de la artista. Come Rain or Come Shine es una canción que habla de la dependencia amorosa y la toxicidad que, en el momento de Judy que es interpretada , resume muy bien el estado de destrucción en el que se encuentra y como está enganchada a un hombre que en realidad no la quiere, lo que es extrapolable a su drogodependencia. Es digamos una forma bastante elegante que tiene el director de avisarnos de su cercana muerte.

The Man That Got Away

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Aunque en la película no aparezca interpretada per se, sí que Zellweger la grabó para el OST y en ciertos momentos podemos escucharla de fondo. Esta balada, es junto a Over the Rainbow, la canción más significativa en su carrera como actriz y aparece en la versión de los 50 de Ha nacido una estrella.

En una escena que hoy parecería anticlimática e impensable para cualquier montador, George Cukor nos ofrecía en una sola toma la interpretación desgarrada de este tema sobre una mujer que ve irse al hombre al que amaba.

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En el contexto de la película, más allá del riesgo de introducir casi 4 minutos de canción (sin ningún tipo de baile o cabriola) en un solo plano, el número servía para premonizar la relación en la que su personaje iba a involucrarse y su trágico resultado, puesto que mientras canta, el que será su futuro marido la observa con deseo.

La innovadora forma de filmar ese número y, una vez más, la historia trágica de la canción convierten a The Man that Got Away en un momento clave de la vida de Garland que, entendiendo que entorpecería mucho el ritmo del biopic, es utilizado de forma sutil para, una vez más, entender su desdicha y dolor.

Over the Rainbow

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Poco más se puede aportar en lo que se refiere a esta canción que no se haya dicho ya. Un momento único e irrepetible en la historia del cine que es una invitación a los sueños que representaba Hollywood. El mago de Oz es toda una declaración de intenciones simbólica desde el momento en el que el sepia de un pueblo de Kansas se convierte en un deslumbrante technicolor llevando a la protagonista a un mundo multicolor donde todo es posible.

Es muy interesante que el director opte por introducir esta canción como colofón de su película, cuando, de una forma u otra, es la que popularizó a Garland y la consagraría como la estrella que todavía es; pero es mucho mejor recordar a esta diosa como lo que fue y no en lo que la transformaron.

“Over the Rainbow” es una de esas escenas que con el tiempo van tomando otra forma, por un lado es la representación por antonomasia de lo que el cine de estudio llegó a ser, por otro, el icono gay que comentábamos anteriormente puesto que Kansas se entendía como la América profunda y conservadora y el mundo de Oz como las ciudades donde empezaba a haber más libertad.

Pero todo esto escondía el grito de desesperación de una niña que estaba siendo explotada, una niña que con su inocencia no era consciente de que acabaría siendo toda una leyenda.