La leyenda del básquetbol Kobe Bryant, fallecido el domingo en un accidente de helicóptero, acumuló una fortuna que se calcula cercana a los u$s800 millones, gracias a su talento y a algunas buenas decisiones económicas, pero un escándalo en 2003 y una personalidad compleja le impidieron llegar tan alto en los negocios como su ídolo, Michael Jordan.

Durante toda su vida deportiva, Kobe Bryant tenía siempre el mismo objetivo. «La gente no entiende lo obsesionado que estoy por ganar», dijo en una entrevista en 2013.

«La Mamba Negra», uno de sus muchos apodos, hablaba del campo de juego, pero su espíritu competitivo no se detuvo en los trofeos.

En cuanto al salario, después de compartir el cartel en los Lakers durante ocho temporadas con Shaquille O’Neal y haber aceptado ganar menos que en otros lugares, luego reclamó su deuda.

En total, recaudó 323 millones de dólares en 20 temporadas, el segundo mayor promedio de ingresos en la historia de la NBA, por detrás de Kevin Garnett (334).

Fuera de la cancha, el anotador insaciable lo hizo aún mejor, con cerca de 356 millones de dólares en contratos publicitarios y asociaciones durante su carrera como jugador (hasta 2016), según la revista Forbes.

En el centro de esta plataforma idealmente ubicada en Los Ángeles, la capital mundial del entretenimiento, estuvo el proveedor de indumentaria y artículos deportivos Nike, con el que se comprometió en 2003, después de una aventura abortada con Adidas.

La marca estadounidense le pagó 16 millones de dólares el año pasado, según Forbes, más que cualquier jugador activo, excepto LeBron James y Kevin Durant.

Sin embargo, la colaboración no había comenzado bien, ya que sólo unos días después de la firma del primer contrato, Kobe Bryant fue detenido en Colorado por la presunta violación de una empleada del hotel en el que se alojaba.

El caso finalmente no llegó a juicio, ya que la presunta víctima se negó a testificar en la audiencia, pero la reputación del número 24 de los Lakers se vio empañada de manera duradera.

A raíz de ese episodio, la cadena de restaurantes de comida rápida McDonald’s, uno de sus patrocinadores, cortó sus vínculos con él, al igual que la italiana Nutella.

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