Una mujer acusó a un colegio privado de la Capital por discriminación al negarle la inscripción a su hijo, de 3 años de edad, quien padece autismo. Mediante una publicación en Facebook, la madre manifestó su enojo y aseguró que su hijo tiene un posible diagnóstico de TEA (Trastorno del Espectro Autista) o TEL (Trastorno Específico del Lenguaje).

“La psicopedagoga (del centro educativo) dijo que hay vacantes para niños que no sean como mi hijo ¿Qué clase de persona dice eso? ¿Cómo supone que tengo que ponerme después de ver a mi hijo discriminado? Me parte el alma, como madre lo que menos queremos es que alguien lastime a nuestros hijos”, inicia el relato de la joven.

Y agregó: “También me dijo que niños como él aprenden a otro tiempo y que a veces ella tiene que dejarlos de lado para no retrasar a su clase”. Además, la madre relató que su hijo “no responde a su nombre ni a los colores, y que no sabe cómo comunicarse”.

Finalmente, con un gran enojo, la mujer resaltó que su hijo necesita es ser incluido socialmente: “Si le niegan la oportunidad de aprender, de integración, que pueda tener una vida normal, ¿Qué nos espera más adelante?”.

Con respecto a los casos de discriminación que surgen el ámbito escolar, Tamara Rodríguez, docente de Lengua y Literatura, explicó: “Desde el lugar de educador mucho no se puede hacer, porque son otras personas las que se encargan de dejar que un niño con alguna capacidad diferente pertenezca a la institución o no”.

Sin embargo, Rodríguez resaltó que “es decisión de cada docente trabajar en instituciones que respaldan cuestiones como la discriminación”.

“Desde mis creencias religiosas cuando entro a un trabajo dejo en claro mi religión y las cuestiones que van en contra con los principios bíblicos. Y la discriminación es una, si en ella hacen diferencia, directamente no trabajo en esa institución, es como ser recepcionista en una clínica que realizan abortos, yo no los hago, pero estoy siendo cómplice de eso. Y así se aplica en diferentes situaciones”, manifestó.