Cada adopción tiene una historia de amor detrás. Pero no solo eso: también de aceptación, de avances y retrocesos en el camino para la construcción del vínculo. Justamente de eso se trata la muestra RED – Familias por adopción, que abrió sus puertas el 23 de noviembre del año pasado en la Sala 7 del Centro Cultural Recoleta. La elección de la fecha no es casual, ya que el 20 de noviembre se celebró el Día Mundial del Niño. Esta exposición fue realizada por la fotógrafa argentina Nora Lezano, y llevada adelante por la gestora cultural Rocío Irala y Hernández y la productora audiovisual Patricia Carrascal.
“La muestra surgió por la necesidad de visibilizar la adopción en la Argentina, sin endulzar la realidad ni romantizar la adopción, pero también sin demonizarla. Poniendo blanco sobre negro, y teniendo en cuenta los grises, hace hincapié en el derecho de los 2.149 niños institucionalizados en situación de adoptabilidad a vivir en una familia.
Como artistas, productoras audiovisuales y gestoras culturales, nuestro aporte no puede venir de otra forma que no sea a través del arte. Yo creo en el arte que te interpela y te sacude mostrándote de forma poética, bella o descarnada la realidad para poder transformarla”, señala Rocío Irala y Hernández.
En el mismo sentido, Patricia Carrascal agrega: “El ojo estaba puesto en conseguir historias cuyo foco fueran la adopción y la diversidad. No solo desde el punto de vista de los chicos diversos, por eso hablamos de discapacidad, de adopción de chicos más grandes o con hermanos, sino también la diversidad desde el lado de la maternidad, o la paternidad. Pensar en dos papás, en un papá solo o en una mamá trans. La propuesta era romper el ideal de familia y hacer hincapié en que lo que necesitamos encontrar es la familia adecuada para cada chico, en función de su historia previa, y no al revés”.
La adopción es un tema que Patricia viene trabajando desde hace mucho. Tiempo atrás, produjo una serie para Canal Encuentro y el documental “El día que nos conocimos”. Y si bien a ella la convoca una historia personal, ya que se convirtió en mamá adoptiva de Sol hace más de diez años, la temática tomó vuelo propio.
“Siempre estuvieron las ganas de hacer una muestra relacionada con este tema, porque, que yo sepa, nunca se hizo. Con Rocío nos conocíamos desde antes, y ella convocó a Nora, que realizó un trabajo increíble y se enganchó enseguida. Ni en mis mejores sueños hubiera pensado tenerla en este proyecto”, asegura.
Cuando se lo propusieron, Nora no dudó un segundo: “Justamente me sumé por mi completo desconocimiento sobre la adopción, para darle visibilidad y para ponerle imágenes a un tema tan delicado, complejo, atravesado por el dolor, pero donde siempre al final gana el amor”, cuenta la fotógrafa.
Así, la búsqueda de esa diversidad se concretó en las trece historias narradas en veintidós fotografías que componen la muestra. Historias como la de la familia que adoptó a una adolescente y a su hijo, dos hermanas que decidieron maternar solas, o la de la actriz Inés Estévez, madre adoptiva de dos niñas, Cielo y Vida, ambas con discapacidad severa, entre otras. Además, Inés escribió el texto curatorial de la exposición.