El revival de la cultura de los 80 en el cine, la televisión y la música ha marcado la década de los 2010. Al igual que los 50 estuvieron tan presentes en aquella, hemos vivido diez años de vuelta a la nostalgia, y desde el cine de Nicolas Winding Refn en su icónica ‘Drive‘ (2011), parte del movimiento mumblecore con films como ‘The Guest‘ (2014), o artefactos directos como ‘Ready Player One‘ (2018) y ‘Stranger Things‘ (2016-) o ‘Glow‘ (2016-), entre otras, dejan claro que algo ha tenido que ver esa estética en estos años.
‘La rebelión de los sintes’ (The Rise Of The Synths, 2017) cubre un área del movimiento que puede dar claves para reconocer si este renacimiento ha sido algo aleatorio. un fenómeno emergente o ya en sus primeros compases decadencia. La música sirve como pacto y sello de los movimientos culturales y si algo demuestra esta película es que la conexión del cine y nostalgia con la música ha sido muy intima, pero va más allá y la relaciona de forma especialmente profunda con las películas de John Carpenter y sus bandas sonoras.
El nacimiento del Synthwave
Aunque ‘La rebelión de los sintes‘ tiene un ojo en el cine, en realidad cuenta la historia de un grupo de compositores de música de diferentes países que, a mediados de la década de los 2000, crearon espontáneamente una escena underground conocida como Synthwave. Desconocidos entre sí, pero con la ayuda de Myspace, fue la primera vez que Internet dio a luz a un fenómeno cultural real. El término puede describirse como música que utiliza una composición electrónica moderna inspirada en gran medida en las bandas sonoras del cine, la televisión, los videojuegos y toda la cultura pop de los años 80.
El documental va picoteando a los nombres más importantes del estilo, lo cual será de interés para sus seguidores ya que la mayoría de estos compositores. en su día, permanecieron anónimos en un intento de filosofía de poner siempre la música primero. Explican que muchos de ellos no tenían educación musical, pero encontraron su espacio en Internet, donde encontraron su plataforma para subir y compartir trabajos realizados en su tiempo libre en sus propios PC. Un pasatiempo, sin reglas ni líderes que surgió al margen del sistema de discográficas.
Pero realmente, fue la película ‘Drive‘ ganadora de Cannes en 2011 la que desencadenó una atracción por el movimiento e hizo que explotara de forma exponencial. En los últimos años, con ‘Stranger Things‘, el Synthwave ya se ha transformado de un susurro a una escena en constante crecimiento, con millones de obras producidas y compartidas en las redes sociales, por ello, el film trata de dar forma a las constantes del estilo y todos encuentran el mismo foco: John Carpenter.
El padre ajeno, de cineasta a rock-star
En una serie de montajes rodados en carreteras americanas, un chico con tatuajes con nombres de películas asimiladas al movimiento, subido en un Delorean, va ilustrando el discurso lúcido del gran director de cine de terror moderno. La voz de Carpenter va sirviendo de conexión entre bloques con tips creativos y reflexiones sobre su carrera y su papel en todo este nuevo movimiento. Sin duda, asignarle el mérito y crear ese homenaje tan explícito este es el mayor valor del documental que está en Movistar CineDoc&Roll
Carpenter va narrando como el personaje de Adrianne Barbeau en ‘La niebla‘ (The fog, 1980) y establece el tono perfecto para dotar de cierta épica la hazaña dispersa de ese grupo de jóvenes, entre halagado y orgulloso por su papel, quizá esta conexión con el movimiento ha sido la razón por la que el director se ha aplicado a salir de gira y convertirse, como dicen todos los músicos, en una auténtica nueva Rock Star.
‘La rebelión de los sintes‘ también da crédito al giallo, Dario Argento, Goblin y Claudio Simonetti, y pone su ojo en Tangerine Dream, que a su vez fueron los inspiradores del sonido de ‘Drive‘ (por la conexión entre el film y el vampirizado clásico de Michael Mann que musicaron). Con esta amalgama, el film explora los por qués de esta nostalgia por los 80 y de forma algo deslabazada va construyendo una especie de manifiesto que tiene en su epicentro al director de ‘La Cosa’, lo cual es algo demasiado formidable como para no considerarlo.