El Laboratorio Nacional de Oak Ridge (ORNL) anunció que un equipo de investigadores aprovechó su capacidad de cómputo para identificar compuestos farmacológicos que podrían ayudar a combatir a este virus infeccioso.
Los investigadores utilizaron la capacidad de Summit -construida por IBM, compuesta de 4.600 nodos de procesamiento y una capacidad de 40 Teraflops- para probar cómo reaccionan más de 8.000 compuestos químicos al ser puestos en contacto con el virus.
La idea es buscar moléculas que pudieran usarse para evitar que el virus se uniera a células sanas para infectarlas. Los resultados fueron liberados en «ChemRxiv» -un sitio de la comunidad científica- para que otros puedan aprovecharlos.
“Necesitábamos el poder de Summit para obtener rápidos resultados de simulación. Este proceso nos demandó uno o dos días, mientras que habría llevado meses en una computadora normal», dijo Jeremy Smith, de la Universidad de Tennessee y director del Centro de Biofísica Molecular UT/ORNL.
Esta súpercomputadora logró identificar 77 compuestos de moléculas pequeñas que pueden ser valiosos para las pruebas experimentales. En las simulaciones, estos compuestos son claves para la entrada del virus en la célula humana y podrían interferir con el proceso de infección.
De acuerdo con los investigadores, si un compuesto pudiera unirse a esta proteína, el virus se volvería incapaz de lograr una infección, pero probar manualmente los compuestos para evaluar este comportamiento es un proceso laborioso, especialmente cuando el contagio sigue evolucionando.
“Nuestros resultados no significan que hayamos encontrado una cura o tratamiento para el coronavirus de Wuhan. Sin embargo, tenemos muchas esperanzas de que nuestros hallazgos computacionales sirvan de base para futuros estudios y proporcionen un marco para investigar más a fondo estos compuestos. Sólo entonces sabremos si alguno de ellos reúne las características necesarias para combatir este virus”, advirtió Smith.
En paralelo, Intel y Lenovo, dos referentes del sector tecnológico, anunciaron que están colaborando con el Instituto de Genómica de Pekín (BGI) para descifrar el genoma del coronavirus.
Los expertos del BGI están secuenciando microbios a partir del fluido corporal de pacientes con coronavirus, generando datos del tamaño de terabytes a petabytes. Para procesar eficientemente esta pila de datos, es necesario infraestructuras y tecnologías informáticas avanzadas.
Mediante análisis de Big Data, la tecnología permitirá investigar los patrones de transmisión, interacciones huésped-patógeno y la resistencia del COVID-19. En un comunicado de prensa, las tres partes mencionaron que es necesario hacer un trabajo preliminar extenso para crear mejores métodos de diagnóstico y diseñar una vacuna efectiva u otras medidas de protección.