Luciana Salazar fue la elegida de la producción de Pampita Online para reemplazar a Carolina Ardohain en la conducción de su programa mientras la modelo disfruta de su luna de miel en París junto a su esposo, Roberto García Moritán. La rubia se movió con soltura durante los primeros días, pero este martes, la exparticipante del «Súper Bailando» vivió un momento tenso.
Todo comenzó cuando Luis Piñeyro, co-conductor del ciclo, le pidió que explique cómo fue que llegó a la subrogación de vientre. «Es un tema muy complicado y no lo puedo contar porque forma parte de la historia de mi hija y se lo tengo que contar a ella primero», respondió Salazar, pero ante la insistencia de Julieta Kemble, una de las panelistas, terminó revelando algunos datos que hasta el momento había mantenido en el más profundo secreto.
«El médico que me hizo la congelación de óvulos es el mismo que se encargó de la subrogación de vientre. Cuando yo comencé con este proceso, no tenía en mente que iba a ser una subrogación, pensé que la vida me iba a llevar por otros lados. Pero lo que creía que podía pasar no sucedió, por un montón de motivos, y la vida me llevó a que tuviera que elegir ese método», explicó, sin dar demasiados detalles.
Piñeyro, entonces, quiso saber si en ese momento ya tenía «ganas de ser mamá». «Las tenía desde hace bastante tiempo y las tuve que ir postergando por muchas cosas», indicó. Mónica Farro, que estaba en el estudio como invitada, lo interrumpió y agregó que, si realmente existe ese deseo, la falta de pareja no es un impedimento.
Ese comentario despertó la polémica. Otro de los panelistas, Hernán Drago, recordó entonces la historia de Marcelo Polino, que terminó desistiendo de su idea de ser padre por lo engorroso que le resultó el proceso de adopción de un niño. «¿Qué sentirá él, entonces, al escuchar esa afirmación?», se preguntó.
Lejos de ponerse a discutir con Farro, Salazar asumió el rol de componedora y explicó: «Él respeta mucho la opinión de los demás. Tal vez le diría a Mónica lo mismo que le dije, que hay ciertos temas en los que, por más que vos tengas una opinión muy formada, hay que ser muy cauteloso. Más aún nosotros, que estamos cumpliendo el rol de comunicadores».
Farro insistió con su posición, pero nadie quiso enfrascarse con ella en una discusión. Por eso, Piñeyro siguió con el tema principal de la charla y le preguntó a Salazar si tenía congelados varios óvulos. «Sí. Tuve suerte y tengo congelados varios. Fueron 34 de los cuales quedaron 30 sanos. De esos dejé 15 congelados y los otros 15 los usé para fecundar. Por eso, tengo cuatro embriones más congelados».
Con respecto a la polémica que despierta el método, Salazar expresó: «A un óvulo lo podés congelar y a una persona no. Yo no creo que un embrión sea una persona, sino un proyecto de persona».
«Yo firmé un contrato. En un principio, decía que en caso de que me muera, mis óvulos no podían ser usados. Después lo cambié, porque me gustaría tal vez donarlos. Igual es muy fuerte. Pensá que le estás dejando a tu vida en responsabilidad a una familia que no conozco, y te empiezan a agarrar los miedos. Eso con los óvulos. Con los embriones, no», reveló.
«Muchas veces les dije a mis amigos: ‘si un día ustedes quieren tener un hijo, en vez de buscar una donante anónima, tienen una amiga acá que los puede ayudar’. Obviamente, si yo no los voy a utilizar. Incluso se lo ofrecí a Polino», sorprendió contando.
«Pero él tenía la idea de adoptar. Su deseo de ser padre pasa más que nada por el hecho de devolverle a la vida lo que la vida le dio a él», explicó. «También, si el día de mañana mis hermanas o alguien de mi familia los necesitan, esos óvulos están disponibles para ellos», agregó.
Con respecto a la posibilidad de ser ella misma quien haga uso de esos óvulos, Luli indicó: «La verdad es que a mí me encantaría, si consigo una pareja, y esa persona quiere tener un hijo, tenerlo naturalmente». Kemble, entonces, se adentró en otro tema polémico, el de las versiones que indican que Salazar recurrió a la subrogación porque no soportaba la idea de tener panza. «Yo tuve muchos problemas y temas físicos que hicieron que junto con psicólogos llegáramos a esa determinación. Pero no hubo solo temas físicos. Hubo un combo explosivo. Pero hay cosas que no las puedo contar», cerró, enigmática.