El Liverpool de Inglaterra se proclamó este sábado campeón mundial del fútbol de clubes por primera vez en su historia al derrotar 1-0 al Flamengo en una intensa final que se decidió en la prórroga.

En la reedición de la final de 1981, el cuadro dirigido por el alemán Jurgen Klopp consumó una venganza histórica gracias al solitario tanto del delantero brasileño Roberto Firmino en el minuto 99 a pase de Sadio Mané.

El Liverpool, seis veces campeón de Europa, rompió así una racha de tres finales perdidas para confirmarse como el mejor club del planeta. Los Reds habían perdido la Intercontinental 1981 ante Flamengo, la Intercontinental 1984 frente a Independiente de Avellaneda y el Mundial de Clubes 2005 frente a San Pablo.

Firmino fue el héroe en el minuto 99, en la tercera muy clara que tuvo en una final muy igualada, y ajustició a sus paisanos aprovechando una contra visualizada por Henderson y diseñada por Mané. No tuvo muchas de esas un Liverpool de chispazos en el inicio de cada parte, que se encontró con un rival sin complejos.

En su cuarta final, los Reds estrenaron su palmarés de campeones del mundo para suceder tres años de reinado del Real Madrid. Flamengo, épico campeón de la Copa Libertadores a finales de noviembre, rozó un nuevo capítulo dorado e incluso tuvo el empate en el minuto 119.

El cuadro inglés quiso intimidar con su conocido potencial, con el que no solo es vigente campeón de Europa sino que actualmente marcha a un nivel difícil de comparar. El líder de la Premier asedió en 10 minutos, en el primero con un mano a mano de Firmino, con otra de Keita y un disparo frontal de Arnold. El Flamengo se recompuso en defensa y comenzó a generar llegadas por medio de Henrique.

El Liverpool perdió intensidad y concentración y Gabriel Barbosa ‘Gabigol’ obligó a las primeras paradas de Alisson. Tras el descanso volvió a perdonar Firmino y volvió a desinflarse rápido el campeón de Europa. Destellos de Salah o Mané no eran suficiente para romper el encuentro que parecía más controlado por los brasileños. ‘Gabigol’ incluso lo intentó de chilena hasta un asedio final inglés.

La lesión de Oxlade-Chamberlain supuso un parón que enfrió a los americanos y espoleó a los europeos, en busca de otro gol ‘in extremis’ como el que les dio el pase a esta final contra Monterrey. Tampoco llegó a cuajar el toque de corneta de Klopp, aunque el VAR rescató a los de Jorge Jesus, anulando un penalti de Rafinha a Mané señalado por el colegiado en el minuto 91.

En la prórroga, en medio del dominio brasileño, llegó el gol. Fue Firmino, aunque la jugada de Henderson y Mané se lo dejaron en bandeja. No se rindió el Flamengo y el joven Lincoln tuvo el empate en el último minuto, pero remató algo vencido un pase de la muerte. El seis veces campeón de Europa termina así su sequía en el Mundial.