Portugal derrotó a la Argentina por 2 a 1 en la final del Mundial de futsal de Lituania 2021 y se consagró como campeón por primera vez en su historia. El equipo de Matías Lucuix se quedó en la puerta de repetir el título obtenido en Colombia 2016. La selección argentina estuvo a centímetros de alcanzar la gloria por segunda vez consecutiva: en la última jugada, un tiro de media distancia enviado por Santiago Basile se estrelló en el palo del arco custodiado por Bebé, el arquero de Portugal. No pudo ser. Se aceleraban los corazones de cada miembro del cuerpo técnico argentino, porque los minutos anteriores del encuentro habían sido marcados por otras dos situaciones.

Un rato antes, una mano involuntaria de un defensor portugués adentro del área había encendido la polémica. También Santiago Basile había disparado -desde muy cerca del arco- mientras su marcador se arqueaba como un gato para bloquear la trayectoria del balón. En ese movimiento, su mano produjo un desvío. Los árbitros decidieron revisar la jugada y determinaron que no había sido penal. Al costado de la cancha, el banquillo albiceleste enfurecido.

Más atrás en el encuentro, Matías Edelstein había desperdiciado oportunidad inmejorable, tras encontrarse, dentro del área, con el balón de frente luego de que Bebé rechazara otro disparo argentino. Edelstein abrió demasiado su pie y la pelota salió por el costado ante la mirada de cinco rendidos jugadores rivales.

En el primer tiempo, la selección argentina había perdido a su jugador estrella, Cristian Borruto, por una innecesaria agresión contra Ricardinho. Promediaba la mitad del primer tiempo cuando Borruto marcó insólitamente a su rival con una indisimulable piña al estómago.