
Las filas iban desde República y Sarmiento hasta el Colegio Fasta, y en la cola de la Avenida Presidente Castillo toda la vuelta a la manzana, mientras que la sucursal de la Mate de Luna se mostraba casi al desborde.
Se pasa por alto las recomendaciones del distanciamiento social por la ansiedad de cobrar o el miedo a perder el lugar.