Fue una audiencia muy particular. Un joven llegó a la Cámara de Sentencia Penal Juvenil para responder por el delito de “robo”. En 2019 en un conglomerado de viviendas de la zona sur de la Capital, el adolescente entró para comprar cigarrillos. El cliente y la propietaria del comercio se conocían del barrio. Luego, él le dio un golpe en el rostro y se llevó el poco efectivo que había para cambio en la caja del kiosco. Dado que por entonces el acusado era adolescente, la causa se tramitó en este Fuero Penal Especializado.

Asistido por el defensor penal juvenil Sergio Véliz había solicitado la suspensión de juicio a prueba –conocida como probation- pero el fiscal penal juvenil Guillermo Narváez se opuso. En consecuencia, se realizó el debate. La audiencia estuvo presidida por el juez Rodrigo Morabito. El imputado optó por el silencio.
A su turno, la damnificada, principal testigo, dio su testimonio. Relató lo que sucedió ese día. Luego, dio media vuelta y miró a su acusado. “Yo no te tengo ningún rencor y te perdono”, le dijo. Denunciante e imputado se tomaron de las manos y él le pidió disculpas. Fue un gesto espontáneo y rápido.

En la instancia de alegatos, el fiscal pidió que se declare la responsabilidad penal pero, en vez de una pena, pidió que el acusado cumpla con una medida alternativa y la reparación del daño.
Tras las conclusiones de las partes, el acusado aprovechó su derecho a la última palabra para volver a pedir perdón. Finalmente, el magistrado falló de acuerdo con lo solicitado por el representante del Ministerio Público Fiscal.