Chile reportó este sábado, por segundo día consecutivo, una cifra récord de muertes por el coronavirus con 93 fallecidos, y lleva hasta el momento un total de 1.541 víctimas fatales. El país sudamericano sigue sin poder aplanar la curva de infecciones pese a las medidas de confinamiento.
«Los números tienden a ser favorables, pero con un alto número de contagios todavía», señaló el ministro de Salud, Jaime Mañalich, al hacer un balance de la cuarentena que entró a su cuarta semana el viernes por la noche en la Región Metropolitana, la cual acumula más de 103.000 casos y 80% de los muertos de Covid-19 en el país.
En las últimas 24 horas se registraron 5.246 casos positivos y hacen un total de 127.000 en todo el país. Esto lo coloca como el tercero con más casos reportados en América Latina después de Brasil y Perú, aunque es el quinto en número de fallecidos en la zona.
Este incremento ocurrió pese a que 90% del área metropolitana, que incluye las 32 comunas de la ciudad y seis aledañas, está en confinamiento total. Las autoridades informaron que implementarán pruebas rápidas por saliva y se reforzará la trazabilidad y el aislamiento las próximas semanas.
En Chile también preocupa el aumento de muertos por posibles afecciones no relacionadas con el coronavirus, es decir, personas con dolencias graves o crónicas que no son atendidas a tiempo o que no acuden al hospital o a los centros de salud por miedo a contagiarse del virus.
«Estamos levantando una estrategia para fortalecer sobre todo las enfermedades no transmisibles», explicó la subsecretaria de Salud, Paula Daza, en su reporte de prensa diario y agregó que es «para poder dar respuesta oportuna a aquellos pacientes que no están consultando producto del temor, de la angustia o porque se encuentran en cuarentena».
La funcionaria entró en cuarentena preventiva apenas dos horas después del momento en que habló con la prensa, al confirmarse que su chófer dio positivo por coronavirus.
Por su parte, el presidente Sebastián Piñera informó que ya se han entregado más de 620.000 de los 2,5 millones de canastas básicas prometidas a las familias más vulnerables: una medida que beneficiará a unas 10 millones de personas y que ha sido criticada por la gran logística que implica en su distribución, puerta por puerta.
Agencia AP
