En una charla con el diario La Nación, la activista social Margarita Barrientos, comentó que, desde el cambio de gobierno, la ayuda social no le llega.
Además, analizó la injerencia de la cuarentena en las actividades de su fundación y otros actores sociales. Aseguró que la gente que se acerca a pedir ayuda aumentó muchísimo: “Viene gente que vive a 30 kilómetros, vienen de todos lados. Cuando yo llego a mi casa, la gente me viene a pedir mercadería aquí. Yo soy de cocinar mucho también, así que reparto entre mis vecinos”.
Con respecto a la ayuda de privados que recibe, aseguró que cayó en “un 90%” y que ha tenido que recortar las posibilidades que le brinda a los que se acercan: “Hasta el comienzo de la cuarentena daba la cena. No pudimos sostenerla. El otro día fuimos a visitar a una señora que tiene 14 hijos, todos chicos. Uno de ellos me comentaba que tenían animales pero se los tuvieron que ir comiendo y vendiendo».
Con respecto a la Mesa del Hambre que convocó el gobierno, aseguró que quedó “en nada” y que decir lo que piensa “me ha traído consecuencias. No sirvo para palmearle la espalda a nadie. A mí me gusta decir lo que pienso. Y creo que todos deberíamos ser así, ¿no?”.
Con respecto al ex presidente Mauricio Macri, en los últimos días comentó que la había defraudado, pero “creo que utilicé mal esa palabra. Pero sí creo que él no ha sabido luchar. Yo creo que cuando uno quiere algo, bueno, me pasa a mí, yo siempre lucho por lo que quiero y por lo que creo que es justo. Y me parece que por creer en las personas que tenía a su alrededor no pudo decir: tengo que salir yo a ver lo que pasa”.
Por último se refirió al apoyo que le dio al ex presidente diciendo que “hoy lo estoy pagando. Muchas de las ayudas que tendrían que llegar no llegan. pido frazadas, pido colchones, yo no los pido para mí porque tengo mi pensión y mis hijos me ayudan. Solamente pido para la gente que vive debajo de un nylon, que duerme arriba de una tarima o arriba de un cartón, que no tienen colchón ni frazadas, a la que tenés que darles unos sacos viejos para que hagan unas colchas. A veces creo que todo lo que me falta hoy es un poco lo que estoy pagando. Ojalá que me equivoque”.
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