Fab Morvan y Rob Pilatus eran dos amigos residentes en Munich que se ganaban la vida en Alemania como modelos y bailarines. Guapos, de físico cincelado y tremendamente inquietos, decidieron asaltar los cielos del éxito montando un grupo de R&B y pronto captaron la atención de un productor, Frank Farian, que vio potencial en la pareja de adonis negros. ¿La única pega? Ninguno de los dos contaba con una voz a la altura. Pero eso no tenía por qué interferir en su camino hasta la cima de la popularidad. Así arrancaba la carrera musical de Milli Vanilli, uno de los mayores escándalos en la historia del pop.
Los inicios
Hace exactamente 30 años que este dúo meloso-bailongo se convirtió en el grupo de moda. Arrasó en Estados Unidos con el disco All or nothing pero, sobre todo con el hit Girl you know it’s true. Milli Vanilli, con sus cuidados estilismos, su rollo guaperas y sus pegadizas melodías r&b envueltas de sintetizadores y un poco de rap eran el producto perfecto para enfilar la recta final de los ochenta, y lo fueron.
Sin embargo, el hechizo duró poco. Un inoportuno error técnico durante una actuación ante 80.000 personas en 1989 hizo que el playback de Girl you know it’s true que estaba sonando se enganchase y repitiese la frase una y otra vez, para espanto del dúo, que decidió salir disparado del escenario. Algo que hoy se habría viralizado en cuestión de minutos sirvió en la época para sembrar la semilla de la desconfianza.
No sería hasta finales de 1990 cuando admitirían abiertamente al New York Times que no eran ellos quienes cantaban en las canciones de Milli Vanilli. Por el camino, denuncias de uno de los cantantes que ponía las voces a sus hits y un premio Grammy como mejores nuevos artistas del año 1989, en el que se impusieron a Tone Loc, Neneh Cherry o Indigo Girls y que les fue retirado cuando saltó el escándalo.
Acababa así de manera prematura un grupo que acumulaba mentiras desde su propio nombre: Farian. Morvan y Pilatus aseguraban que era una expresión en turco que significaba «buena energía», mientras que la realidad es que lo había tomado prestado de una antigua discoteca de Munich.
El retorno
No hubo que esperar mucho a que el escurridizo Fran Farian intentase reconducir la situación. Lo hizo rescatando a dos de las voces que habían grabado los discos de Milli Vanilli añadiendo como nota de color a un tercer componente que tuviese un parecido más o menos aceptable con los dos bellos impostores. El disco, para más inri, se llamaría The moment of truth, y se publicó solo en Europa.
Para Estados Unidos, Farian no quiso volver a utilizar un nombre que había ocasionado un buen número de denuncias por fraude y una avalancha de devoluciones de discos y cassettes. Por lo tanto, se sacó de la manga el nombre Try ‘N?B, incluyó tres canciones nuevas a The moment of truth y lo rebautizó. Ninguna de las dos iniciativas tuvo gran éxito.
Un último intento
Por su parte, Rob y Fab se fueron a California, buscaron nuevo manager y decidieron intentarlo con sus propios nombres. El disco de Rob & Fab fue un fracaso absoluto que solo consiguió vender 2.000 copias. Años después, volverían a intentarlo con el productor que les había llevado a la fama, pero era demasiado tarde: Rob Pilatus se había sumergido en una espiral de drogas y alcohol que le llevaría primero a la cárcel y luego a morir por sobredosis accidental en 1998.
La otra mitad de Milli Vanilli intentó reconducir su carrera en solitario, trabajando como DJ e intentando resucitar la formación en diversas con otros componentes. La historia de Milli Vanilli ha servido para cientos de entrevistas y programas, algún documental y un proyecto de película que, por el momento, no ha visto la luz.