EDITORIAL

Las últimas estadísticas oficiales ratifican que la pobreza infantil presenta niveles más altos que el promedio general. Según las cifras difundidas en marzo por el INDEC, poco más del 41% de la población vivía bajo la línea de pobreza en el segundo semestre del año pasado. Por su parte, según cifras de la Universidad Católica Argentina, casi el 62% de los niños, niñas y adolescentes son pobres.

Tales estadísticas fueron obtenidas de una fotografía tomada hace más de tres meses, por lo que no registran el crecimiento de la pobreza y la indigencia de este año. Según las proyecciones difundidas por UNICEF, la pobreza infantil ya estaría superando el 70%. Es decir que 7 de cada 10 niños, niñas y adolescente es pobre actualmente en la Argentina.

La gravísima situación se traduce también en un incremento de los niños que viven en la calle. Ayer, precisamente, fue el Día Internacional de los Niños de la Calle, conmemoración que tiene como propósito denunciar la situación a la que se enfrentan millones de menores en el mundo, en la verificación más cruel de la vulneración de sus derechos.

No hay datos precisos respecto de cuántas personas viven en las calles en Argentina, pero sí aproximaciones. Un relevamiento conocido en diciembre pasado consigna que son casi diez mil, de las cuales un 10% son niños y niñas. El trabajo, denominado Relevamiento Nacional de Personas en Situación de Calle (ReNaCALLE) fue impulsado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y Nuestramérica Movimiento Popular, y contó con la colaboración de casi veinte organizaciones sociales, civiles, eclesiásticas y académicas. En lo que concierne a la realidad local, indica que 28 personas viven en la calle en San Fernando del Valle de Catamarca.

Habría que aclarar que hay muchos chicos en situación de calle durante todo el día pero que tienen una vivienda a la que volver, en la que duermen, por ejemplo. Son niños y adolescentes que “trabajan” en la calle, es decir, realizan tareas para ganarse el sustento. De esos hay muchos en la provincia.

La presencia de menores en las calles corrobora el incumplimiento de normas que reconocen derechos. Esos derechos vulnerados son, entre otros, el derecho a la alimentación, a la educación, a la familia, a la protección, a la libre expresión, a la identidad, al juego…

Y también, cuando se habla de una familia, se reconoce implícitamente el derecho a habitar un hogar con las comodidades necesarias para poder crecer y desarrollarse integralmente. Si las personas que viven en la calle son un escándalo para la humanidad, más lo es que niños, niñas y adolescentes estén forzados a padecer esa situación. Que su presencia no se naturalice, que nos acostumbremos a ver sus rostros deteriorados por el frío, el hambre y los abusos. Que hagamos algo para que esto no siga sucediendo.

Para compartir: