El balance correcto puede ser la diferencia entre el simbolismo y la alusión. Lo segundo no deja demasiado espacio a la interpretación, cada pieza que encontramos está pensado directamente para evocar algo muy concreto. Lo primero también es capaz de dejar un mensaje claro, pero da más juego al espectador que puede encontrar otros hilos que igual hasta ni los creadores habían pensado del todo.

Pero claro, para llegar a ello tienes que ser muy bueno. También es necesario no imponer el mensaje a lo que se está contando, a los personajes, ni tampoco estar tan enamorado del intelecto propio. Aunque la clave es saber muy bien como contar. Es algo que ha mostrado Carlo Mirabella-Davis, y sorprendentemente en su primera película. Estaba disponible en plataformas como Filmin, pero ahora ya se puede ver en Amazon Prime Video la sorprendente ‘Swallow‘.

Lo que hay que tragar

Esa increíble película, una de las mejores que pudimos ver el año pasado, tiene mucha energía de cine independiente marca Sundance a pesar de no estrenarse allí. Las herramientas son reconocibles, pero Mirabella-Davis las usa con mucha astucia para hacer un retorcido relato que toca aspectos como la insatisfacción, la sumisión y, ante todo, la pérdida del control.

La película sigue a Hunter (Haley Bennett), una aparentemente feliz ama de casa, recientemente casada que además descubre que está embarazada. Una fuente de alegrías y satisfacciones para su marido y su familia política, en la que evidentemente trata de integrarse ya que, como vemos, su relación con su familia no es precisamente cercana.

Pero algo no está del todo bien, a pesar de cumplir con varios de los ideales tradicionales de la vida adulta acomodada. Y como algo no está bien, empieza a surgir un impulso. Un hambre incontrolable. Concretamente, hambre por cosas que no son comestibles. Cosas pequeñas, pero potencialmente dañinas. Una canica. Una chincheta. Una pila. Hunter está consumida por la pica, y su familia política está preocupada -aunque quizá más por su potencial descendencia que por ella misma-.

‘Swallow’: incomodidad irresistible

Mirabella-Davis crea un bien medido guión que pueda explotar que genera la insatisfacción que lleva a la protagonista a este impulso. Se cuida de dar respuestas definitivas, pero no esconde sus intenciones de hablar de las represiones, de la falta de control que las mujeres terminan teniendo de sus cuerpos y sus vidas, de procesar traumas hasta extremos que bordean la autolesión.

La metáfora es evidente, especialmente cuando la película decide explorar el pasado del personaje, pero no cierra puertas al espectador o lo trata como un niño pequeño al que hay que dárselo todo mascado. Tiene un mensaje claro y estilo, pero no se cree guay por ello. Le importa el personaje y te lo cuenta bien en hora y media. También sabe ser incómoda en un grado donde no puedes evitar retorcerte, pero tampoco puedes dejar de mirar. Y tiene un final fabuloso que consigue aterrizar de pie, que es más complicado de lo que parece. ‘Swallow’ es una de esas joyas que no deberían seguir pasando desapercibidas.

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