La dificultad de las comedias televisivas es que rara vez suelen estar perfectamente rodadas de inmediato. Algunas de las más queridas, como ‘Seinfeld‘, ‘The Office‘ o ‘Parks and Recreation‘, no terminaron de encontrar su tono y a los personajes hasta avanzada la segunda temporada. A esas alturas, tanto guionistas como actores llevan un mejor entendimiento de qué funciona y qué no, y qué tipo de serie buscan ser.

Claro, eso es incompatible con esta «edad de oro de la series» donde se envían en masa a la picadora de carne para ser engullidas, y si no funcionan de inmediato están condenadas al ostracismo del que sólo saldrán mediante un pequeño accidente del algoritmo de recomendaciones. Y para entonces pueden estar ya acabadas, sin llegar a tener la suerte para crecer que realmente merecían. La recientemente cancelada ‘Space Force‘, del catálogo de Netflix, es un ejemplo de ello.

Despega como puedas

A estas alturas ya es un poco perezoso hablar de expectativas para explicar por qué algo no ha terminado de funcionar, pero en este caso sí son relevantes. ‘Space Force’ venía de la mano de Greg Daniels y Steve Carell, dos de las principales fuerzas que convirtieron ‘The Office’ en un éxito -uno como creador y otro como estrella-.

Netflix invirtió mucho dinero en este proyecto que hicieron con intención de satirizar lo insatirizable: una fuerza militar espacial creada en la vida real por Donald Trump.

Con estos nombres, la idea era un poco lo de menos. La plataforma de streaming creía tener aquí su propia ‘The Office‘, pero con referencias al espacio y la NASA, material lleno de palabras clave que destacar. No repararon gastos en su inversión, y ahí Daniels y Carrell se vieron un poco abrumados.

La tentación de usar semejantes cantidades para su presupuesto casi les obligaba a priorizar unas set pieces ambiciosas que tampoco llegaron a ser lo más destacado de la serie.

Más allá de misiones de entrenamiento de potente escala, los mejores hallazgos que hacían muy estimable a ‘Space Force’ estaban a menor escala. Su reparto, que además de Carrell incluía a gente contrastada como John Malkovich, Lisa Kudrow o Ben Schwartz además de interesantes rostros nuevos como Tawny Newsome, Jimmy O. Yang o Diana Silvers, consiguió funcionar casi de inmediato. Dieron con una tecla particular para sus respectivos personajes y poco a poco fueron estableciendo unas dinámicas que funcionaban, tanto en chistes como en emoción.

‘Space Force’: mejor con corazón que con ambición

Space Force Space Force

Solemos emplear el calificativo «maja» de igual manera que esa posible pareja con la que te quieren liar la denominan como «simpática», pero en el caso de ‘Space Force’ es algo que realmente le viste bien. Su espíritu sitcom permitía explorar con mimo estas interacciones entre personajes, probar subtramas con diferentes personajes para ver qué sale, y los actores tenían oportunidad de perfilar del todo los puntos fuertes de sus personajes en el apartado cómico.

No siempre arrancaba risas, o te llegaba al corazoncito, pero realmente tenía herramientas para crecer de manera para llegar a ello. Pero la manera tan discreta en la que pasó la primera temporada acabó poniendo nerviosa a Netflix. Su segunda temporada, estrenada de tapadillo hace unos meses, se apreciaba mucho más limitada en recursos.

Algo con lo que en la propia serie se ríen haciendo que el arco de la temporada gire en torno a los recortes presupuestarios que tiene esta rama de las fuerzas armadas, y que debe cumplir los objetivos para no ser cerrada, así que la gente que realizaba la serie sabía lo que había. Irónicamente (spoiler), los personajes consiguen su objetivo, pero no así la propia serie, que se va sin la oportunidad de hallar por completo su potencial.