Dispararon 30 misiles antes de las 6 de la mañana. Allí, Estados Unidos entrenó a miles de soldados ucranianos desde 2014. Está apenas a 35 kilómetros de Polonia. Es el punto más occidental que atacaron las fuerzas de Putin.
La guerra llegó a Lviv. Después de 18 días de combates en el Este y el Sur de Ucrania, las fuerzas armadas rusas bombardearon este domingo a la madrugada una base militar a unos 40 kilómetros de esta ciudad del Oeste del país, convertida en capital diplomática y el centro neurálgico por donde salieron al exterior millones de refugiados.
El gobernador de la región de Lviv, Maksym Kozytskyy, confirmó que los muertos son al menos 35. Oficialmente, otras 134 personas resultaron heridas, que colapsaron los hospitales de la zona e hicieron ir y venir del lugar del ataque a decenas de ambulancias.
Los misiles, que según el gobierno local fueron ocho, cayeron antes del amanecer sobre la base de Yavoriv, nominalmente llamada Centro Internacional de Mantenimiento de la Paz y Seguridad, pero donde en verdad hace años que Estados Unidos entrena combatientes ucranianos.
De acuerdo con un oficial del ejército ucraniano asentado en Lviv, aviones rusos dispararon en realidad más de 30 misiles, pero 22 fueron interceptados por las defensas locales. Los aviones habrían despegado desde la base de Saratov, en Rusia, y desde portaaaviones en el Mar Negro.
El ataque, reportado antes de las 6 de la mañana y anunciado por las sirenas, resultó el más cercano hasta el momento a la frontera con Polonia, es decir, la frontera con Europa y la OTAN. Solo 35 kilómetros separan la base del límite fronterizo. Por allí pasaron hasta ahora alrededor de un millón y medio de refugiados.
El bombardeo a la base de Yavoriv supone una escalada del conflicto a nivel internacional y demuestra que Putin ha redoblado la apuesta al descargar sus misiles demasiado cerca de donde la OTAN tiene fuerzas apostadas.
Estados Unidos advirtió que no se quedará de brazos cruzados si los ataques de Rusia alcanzan a algún miembro de la alianza del Atlántico Norte. El asesor de seguridad de la Casa Blanca Jake Sullivan dijo al programa “Face the Nation”, de CBS News, que el presidente Joe Biden “ha sido claro reiteradamente en que Estados Unidos trabajará con nuestros aliados para defender cada pulgada de territorio de la OTAN, y eso quiere decir cada pulgada”.
Además de servir de centro de entrenamiento a las fuerzas ucranianas, la base podría haber sido utilizada a lo largo de estas casi tres semanas de guerra como centro de acopio del armamento enviado desde el exterior.
Por eso el vicecanciller ruso Sergei Ryabkov advirtió el sábado que cualquier cargamento de armas hacia Ucrania sería “un blanco legítimo”. Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido, entre otros países, enviaron miles de misiles antitanques y antiaéreos a través del corredor occidental de la región de Lviv.
No es todo. Simon Shuster, de la revista Time, que había visitado el lugar el sábado, posteó en Twitter: “Al bombardear Rusia la base cercana a Lviv debe haber asumido que habría muertos o heridos estadounidenses. Un coordinador de los voluntarios extranjeros en Ucrania me dijo que en la base había un centro para 1.000 de ellos, venidos de todas partes para ayudar al país. Conocí a algunos de EE.UU., el Reino Unido y Australia”.
El diario The New York Times publicó una información similar sobre la presencia de miembros de la Legión Internacional en Yavoriv.
Por su parte, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, también confirmó que el ataque ruso había sido a una base en la que había “instructores extranjeros”.
En un mensaje por Twitter, Reznikov dijo: “Los instructores extranjeros trabajan aquí. Se está aclarando la información sobre las víctimas. Este es un nuevo ataque terrorista contra la paz y la seguridad cerca de la frontera entre la Unión Europea y la OTAN. Se deben tomar medidas para detener esto”.
El antecedente más cercano a un bombardeo en la zona había sido el del aeropuerto de Lutsk, hace dos días: la ciudad queda a 150 kilómetros de Lviv, cerca de la frontera con Bielorrusia y suponía el punto más occidental al que se habían atrevido a atacar los militares rusos.
La guerra, en su día 18, sigue siendo intensa en el Este y el Sur de Ucrania. Los combates son cuerpo a cuerpo en las afueras de Kiev. En uno de los suburbios de la capital, Irpin, murió por una bala rusa el periodista estadounidense Brent Renauld, excolaborador de The New York Times.
Más al sur, Mariupol, que se resiste a caer, es directamente zona de desastre, totalmente rodeada por fuerzas invasoras. Las bajas tanto militares como civiles se cuentan de a miles.
En el sureste, la ciudad de Volnovakha resultó totalmente destruida por los bombardeos rusos, según el gobernador regional, Pavlo Kyrylenko. Un hospital quedó reducido a escombros y obligó a los pacientes a refugiarse en el sótano, mientras los separatistas prorrusos se apoderaban de la ciudad.
Cómo era la base donde Estados Unidos entrenaba a los ucranianos
Yavoriv es una pequeña ciudad a unos 50 kilómetros al oeste de Lviv, con apenas 13.000 habitantes. Allí, en prácticamente el centro geográfico de Europa, se encuentra la base militar donde los Boinas Verdes y otras fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos llevan ocho años entrenando a soldados ucranianos.
De acuerdo con documentos de la OTAN a los que tuvo acceso Clarín, tiene 28 kilómetros de largo, son 391 kilómetros cuadrados en total, con tres instalaciones principales: para guardias, ingenieros y un comando central. Pueden albergar, respectivamente, a 540, 780 y 470 personas.
Los espacios de entrenamiento están divididos según sean para la artillería, tanquistas, comunicaciones y autotransportados. También hay gimnasios y el clásico circuito de entrenamiento con sogas y obstáculos de los marines y otros cuerpos militares especiales.
Desde 2014, cuando Rusia tomó Crimea, la base pasó de un sitio pensado para preparar “fuerzas de paz” a su actual rol como formadora de equipos especiales, que luego a su vez capacitan a otros miembros de unidades convencionales del ejército ucraniano.
Analistas estadounidenses estiman que desde entonces unos 27.000 soldados ucranianos pasaron por allí.
Ucrania cuenta con uno de los ejércitos más grandes de Europa. Son 170.000 los soldados en servicio activo, más 100.000 reservistas y fuerzas de defensa territorial que suman unos 100.000 veteranos que vieron actividad en estos años en las regiones separatistas prorrusas del Este del país.
A eso deben agregarse los 80.000 ucranianos que regresaron al país desde que comenzó la guerra para anotarse como voluntarios y otros 20.000 posibles combatientes de todo el mundo que siguen llegando para sumarse a la Legión Internacional que decidió armar el presidente Volodimir Zelensky.
Enviado especial a Lviv, Ucrania