La Agencia Mundial Antidopaje excluyó a Rusia de los Juegos Olímpicos y del Mundial de Fútbol de Qatar
La AMA decidió este lunes en Lausana el futuro del deporte ruso: quedarán fuera de los Juegos de verano de Tokio (2020), de los de invierno de Beijing (2022) y de la Copa del Mundo en Qatar
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) decidió excluir a Rusia de los Juegos Olímpicos durante cuatro años, por lo que no estará en Tokio 2020 ni en la edición de invierno de Beijing 2022, debido a la falsificación de los datos de los controles entregados a la entidad, declaró un portavoz tras un comité ejecutivo celebrado este lunes en Lausana. La sanción abarca a Rusia como país, por lo que también quedará afuera del Mundial de fútbol de Qatar 2022.
“La lista completa de recomendaciones (de sanciones por parte del Comité de Revisión de la Conformidad -CRC-) fue aprobada por unanimidad” de los 12 miembros del comité ejecutivo, declaró a los medios este portavoz.
El CRC recomendó la exclusión de la bandera rusa de los Juegos y de todo campeonato mundial durante cuatro años, con la posible presencia de deportistas ruso bajo bandera “neutral”.
La decisión de la AMA puede ser recurrida en un plazo de 21 días ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), por la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada) o por el Comité Olímpico Ruso (ROC), o cualquier federación internacional implicada. Las sanciones son la consecuencia de la falsificación de los datos de los controles antidopaje entregados por Rusia a la AMA a principios de 2019.
Hace poco más de un año el deporte ruso parecía haber salido finalmente del túnel -el atletismo ruso fue apartado de los Juegos de Río por el dopaje de Estado- con la rehabilitación parcial de la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA), que estaba a expensas de la revisión de la base de datos del Laboratorio de Moscú.
Rusia suspendió la prueba. Primero entregó fuera de plazo dicha información y, recientemente, la AMA denunció la manipulación de dicha base de datos, que incluye tanto pruebas físicas como datos informáticos, con el supuesto fin de encubrir casos de dopaje.
El ministerio de Deportes de Rusia respondió raudo a las acusaciones, pero estas no satisficieron ni a la AMA ni a la RUSADA, cuyo director, Yuri Ganus, tachó la manipulación de “colosal”.
Según denunció en su informe a finales de noviembre el Comité de Revisión de Cumplimiento (CRC), órgano independiente de la AMA, los datos entregados por la parte rusa no son ni completos ni auténticos.
“Cientos de hallazgos presuntamente adversos” para los intereses rusos desaparecieron, alteraciones que tuvieron lugar en 2016 y 2017, después de que el antiguo director del Laboratorio de Moscú, Grigori Rodchenkov, denunciara el dopaje de Estado.
Debido a las manipulaciones, ahora es imposible comprobar si 145 de los 298 deportistas rusos sospechosos incluidos en la base de datos violaron las reglas antidopaje entre 2012 y 2015.
La sanción impide a los deportistas rusos competir bajo su bandera durante cuatro años en juegos olímpicos y mundiales; al país, organizar competiciones internacionales en su territorio y a los funcionarios o representantes rusos, formar parte de federaciones deportivas.
La única salvedad son los deportistas rusos que puedan demostrar que no están implicados en casos de dopaje y no sean mencionados en el informe McLaren ni en la manipulación de datos del Laboratorio de Moscú. Ese es el caso de los rusos que participaron en los Juegos de invierno de PyeongChang (2018) o de atletas como la triple campeona mundial de salto de altura, Maria Lasitskene, que logró su último entorchado como deportista neutral a finales de septiembre en Doha.