Mientras los pechazos y tironeos de algunos peronistas y especialmente de muchos radicales devenidos en nuevos peronistas que gesticulaban la marcha y hacian la V de la victoria euforicos,  desviviendosé por estar en el palco.

Asi se la pudo ver a Analia Brizuela y Raúl Barot un poco más contando que son peronistas desde la cuna y en los nefastps 20 años de FCyS eran acérrimos opositores, la desverguenza no tiene limites, pero no solo fueron ellos sino que hubo muchos ministros que hacian lo mismo, lo mejor hubiera sido que se guarden y se queden callados  pero eligen la exposición.

Distinta fue la actitud del actual intendente Gustavo Saadi que fue pueblo y desde la multitud acompañó el acto donde cadi no lo dejaban avanzar porque todos querian sacarse una selfie.

De esta manera, en la conmemoración del primer triunfo peronista hace 76 años que  tuvo en la sede del pj y con la presencia del presidente Alberto Fernández dos actos paralelos, uno el del palco, casi aburrido y sin color y el otro el que vivió la verdadera militancia y dirigencia política del peronismo que estaba eufórica en la guemes y acompañados por un dirigente de lujo «Gustavito» como la mayoría decidió llamarlo de manera cariñosa.

Saadi se repartia entre las selfies, los abrazos y los choque de puños que nadie queria perderse.

En definitiva Saadi entendió que lo que le falta al peronismo y al gobierno es menos dirigentes de escritorios, palcos y zapatitos blancos y más de calle y con los pies llenos de tierra, algo que muchos no van a entender jamás porque no lo sienten ni comprenden.

Ganar la calle, militar y recuperar el contacto con los vecinos va a ser al parecer la consigna más fuerte de todo el peronismo de la capital, en una clara diferenciación de los funcionarios que no funcionan del gobierno provincial.