Antes de eso, este lunes, también caduca un compromiso voluntario que tomaron las cadenas de supermercados Carrefour y Walmart para no aplicar incrementos en sus productos por 15 días. La decisión podría implicar remarcaciones en los artículos de consumo masivo.
El decreto que reguló el precio de los combustibles se conoció el 15 de agosto, tras las PASO. Allí se estableció que las compañías debían mantener los precios del 9 de agosto y que se tomaba un dólar de referencia de $45,19.
A través de la normativa, se facultó a la Secretaría de Energía —dependiente del Ministerio de Hacienda— para autorizar incrementos en los precios. La dependencia encabezada por Gustavo Lopetegui habilitó dos subas, de 5% cada una, en septiembre y a fines de octubre.
En el Gobierno no continuarán con el congelamiento, que fue una medida de emergencia tras la derrota del oficialismo en las elecciones primarias. De esa forma, las empresas del sector tienen las manos libres para avanzar en nuevos aumentos.
Las petroleras —YPF, Raizen (que tiene la marca Shell) y Axion— preparan un aumento de entre 4% y 5% para este viernes. En sus redes de estaciones circula ese dato.
Las cadenas de supermercados vienen recibiendo listas de precios con aumentos de sus principales proveedores. Al día siguiente de las elecciones presidenciales —con el triunfo de Alberto Fernández— anunciaron que mantendrían los precios por 15 días. Para eso, usaban como referencia los valores de las góndolas del sábado 26 de octubre.
Carrefour y Walmart tomaron esa dirección voluntaria, pero el lunes se terminan los 15 días pactados. En octubre, hubo aumentos de Danone, Procter & Gamble, Ledesma, SanCor, Papelera del Plata, Quickfood, Las Marías, Bianchi y Femsa (la embotelladora de Coca-Cola en Buenos Aires). Para noviembre, circularon listas con remarcaciones de Unilever, Arcor, Mondelez, Molinos (tapas para empanadas), Adecoagro, Mastellone, Nestlé, Ledesma y Danone otra vez. Algunos están siendo trasladados y otros no.
En el despacho de combustibles creen que hay que llegar a fin de año con la relación «uno a uno» entre el dólar y el litro de nafta. Es decir, que la nafta debería acercarse a los $60. Para llegar a esa meta, requerirían tres incrementos en los próximos 45 días. En las estaciones advierten que la demanda —los consumidores— no pueden afrontar esos incrementos, pero también temen que un «acuerdo de precios y salarios» congele, en un futuro inmediato, los importes por plazos extensos.
El litro de nafta súper se despacha a $47,79 en las estaciones oficiales de YPF en la ciudad de Buenos Aires, que es la plaza más económica del país con excepción de la Patagonia. En el conurbano, ese mismo producto de YPF se vende a $48,29. En el caso del combustible premium está a $55,14 en estaciones porteñas. El gasoil se comercializa a $44,74 y el gasoil premium, a $52,34. Durante todo el año, los volúmenes de nafta súper estuvieron estables o en crecimiento, en detrimento de los premium.
El pacto social que esgrime Alberto Fernández viene provocando que algunos precios suban por arriba de la inflación anual del 55%, prevista por los analistas. Eso es porque hay compañías que quieren hacerse de un «colchón», en caso de que no puedan realizar futuros aumentos. «Prefiero perder ventas ahora a quedar con precios que en marzo o abril queden desfasados con los costos», advierten desde una firma de consumo masivo que pidió no ser identificada.