Con la consigna «basta de ajustar al que produce, que ajuste el Estado», comenzó hoy el paro de 4 días dispuesto por el campo contra las últimas medidas tomadas por el Gobierno de Alberto Fernández, que subió las retenciones a la soja hasta el 33% la semana pasada.

El paro incluirá el cese de comercialización de granos y de carnes para faenar en todo el país desde hoy a las 0 hasta las 23.59 del jueves. Los organizadores de la medida de fuerza aclararon que «no habrá cortes de rutas ni se provocarán aumentos en los precios ni desabastecimiento».

El malestar del campo fue creciendo durante los primeros 90 días del nuevo gobierno. Alberto Fernández primero actualizó los derechos de exportación que había dejado Mauricio Macri (en el caso de la soja se pasó de 24,5% a 30% y el maíz y el trigo pasaron de 6,5% a 12%) y se guardó la posibilidad de aumentar un 3% las retenciones con la sanción de la ley de Emergencia Económica.

Si bien el incremento es solo para la soja y con compensaciones para pequeños y medianos productores, muchos productores agropecuarios no le creen a un Gobierno del mismo signo político al que años atrás los persiguió y hostigó de múltiples maneras y que busca confrontar con el campo al elegirlo como su «enemigo ideal».

Según consigna Clarín, en el campo ven con desconfianza la idea de pagar primero y esperar a que después se les devuelva. “Si el gobierno entiende que nos tiene que compensar, por qué nos obliga a ser financistas del Estado”, aseguran, y agregan: “Es responsabilidad del Gobierno dar detalles que nos permitan creer que esas compensaciones no serán cajas políticas».

En la Federación Agraria fue difícil llegar a un consenso, porque ahí tienen mucho peso los chacareros que quedarían comprendidos en las compensaciones. El presidente Carlos Achetoni resolvió el viernes dar libertad de acción a cada afiliado para adherirse o no al paro.

Para evitar que el conflicto escale y alcance la magnitud de 2008, los dirigentes rurales aseguraron que del cese de comercialización «quedan exceptuados los productos perecederos». «Con esta carga tributaria no podemos producir y, de persistir esta situación, el futuro de la familia agropecuaria se verá muy comprometido», se quejaron.